Santander informó al regulador de EEUU la cantidad de sus sucursales que tienen daños tras la violencia

A comienzos de mes el Banco Santander Chile entregó a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos el formulario 6-K, que debe efectuar periódicamente por ser un emisor extranjero de recibos de depósitos americanos (ADR).

En esta ocasión, la compañía hizo mención a la crisis social del país, informando que el 18,3% de su red de sucursales ha tenido daños de diferente consideración provocado por los actos de vandalismo.

“Como resultado de los disturbios sociales, el banco ha experimentado algunas interrupciones en el negocio en el cuarto trimestre de 2019, incluyendo daños en 70 de sus 381 sucursales (de las cuales 15 han sido destruidas), así como algunos daños en cajeros automáticos”, detalló la firma.

El banco explicó al regulador norteamericano que “la mayoría de estos daños están cubiertos por seguros, pero ha habido ciertos aumentos en los costos de seguridad y limpieza que no están cubiertos por el seguro”.

El informe entregado el 2 de diciembre advirtió que “esperamos ver un aumento en el desempleo en noviembre y mayores aumentos en los niveles de incumplimientos”. Con estas perspectivas, proyectó “un incremento temporal en los cargos por deterioro y gastos de riesgo en el cuarto trimestre de 2019”.

Eso sí, el banco reconoció que el acuerdo político para generar una nueva Constitución ayudó a reducir la volatilidad de los mercados.

“Los efectos a largo plazo de este malestar social son difíciles de predecir, pero podrían incluir un crecimiento económico más lento y tasas de desempleo más altas, lo que podría afectar negativamente nuestra rentabilidad y perspectivas”, señaló.

Añadió que de haber “un aumento en la tasa de desempleo más allá de lo que esperamos, o por un período más largo de lo que estimamos, podría disminuir la demanda de préstamos y reducirse la capacidad de nuestros clientes para pagar sus préstamos, aumentando el riesgo de pérdidas crediticias”.

Añadió que “si el malestar social en Chile continúa o empeora, podría tener un impacto negativo en el crecimiento económico y el entorno empresarial en Chile en general, lo que podría tener un efecto adverso en nuestro negocio y perspectivas”.