Las tareas prioritarias de Boris Johnson como primer ministro de Inglaterra
A 100 días de que se concrete la salida de la Unión Europea, debe preparar al país para un Brexit caótico, nombrar a su equipo y asegurar un acuerdo comercial con EEUU.
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Días muy ajetreados tendrá Boris Johnson cuando se convierta en primer ministro de Inglaterra. A 100 días de que se concrete la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el reemplazante de Theresa May deberá visitar a la reina Isabel II, quien le pedirá que forme gobierno. Mañana, asumirá como el líder que concretará la salida, ordenada o caótica, del bloque.
En un guiño a las bases del Partido Conservador, que son muy euroescépticas, el exalcalde de Londres prometió en su campaña romper con la UE cuando se cumpla el plazo del 31 de octubre “sea como sea”, incluso aunque no haya un acuerdo de divorcio.
Sin admitir que el Brexit caótico sea su opción preferida, Johnson ha dicho que si Bruselas no acepta realizar concesiones sobre el pacto de salida que negoció May -algo que descarta la Comisión Europea-, habrá una salida brusca, lo que puede interrumpir de un día para otro los flujos comerciales y de personas entre el Reino Unido y la UE.
Sin embargo, el problema es que la composición del Parlamento británico es muy distinta a la de la militancia conservadora. La mayoría de la Cámara de los Comunes se opone a una salida sin acuerdo, al sumar la oposición y algunos diputados Tories pro-europeos. Esto hace frágil a la mayoría actual conservadora de sólo tres escaños (incluyendo a sus socios del Partido Unionista Irlandés).
Una solución para este bloqueo sería retrasar el Brexit y convocar elecciones generales. Johnson tiene poco incentivo para ello, ya que un nuevo aplazamiento del divorcio con la UE podría dar alas al Partido del Brexit (UKIP) de Nigel Farage.
Por ello, algunos analistas esperan que el nuevo jefe del Ejecutivo busque algún tipo de variación del acuerdo de May para que sea aprobado por el Parlamento. Para Andrew Duff, del European Policy Centre, una opción es mantener la fecha formal del Brexit el 31 de octubre, pero alargando el período de transición hasta cinco años (frente a los dos actuales), durante los que Reino Unido y la UE podrían negociar un nuevo tratado comercial que facilite la continuidad futura de los intercambios libres en la polémica frontera de Irlanda.
Nuevo equipo
La decisión podrá esperar mientras se extienda el receso parlamentario de verano (boreal). Mientras tanto, Johnson deberá nombrar a tres cargos clave del gabinete, que tienen directa relación con el Brexit: ministro de Hacienda, ministro de Relaciones Exteriores y ministro del Interior. A pesar de reportes de que Sajid Javid y Liz Truss ocuparán cargos senior, el equipo de Johnson insiste en que aún no hay decisiones tomadas.
Eso sí, consignó el periódico Financial Times, mientras la mayor parte del equipo de campaña de Johnson se enfocaba en guiarlo a la victoria, un pequeño grupo de asesores estaba preparando un plan de gobierno, proponiendo candidatos para el gabinete y un paquete de medidas prioritarias.
El partido está dividido. Ayer renunció el vicecanciller británico, Alan Duncan, en anticipo a la llegada de Johnson a Downing Street 10. El domingo había dejado su cargo el ministro de Finanzas, Philip Hammond, y la ministra de Cultura, Margot James, renunció la semana pasada. Todos los funcionarios manifestaron su oposición a salir de la UE sin acuerdo.
Acuerdo con EEUU
Una de las intenciones de Johnson en las primeras semanas es negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos, para lo que espera beneficiarse de su cercanía con Donald Trump.
“Me gusta Boris Johnson, siempre me ha gustado. Es un tipo diferente. Nos llevamos bien. Creo que tendremos una muy buena relación”, declaró Trump en Washington la semana pasada. “La primera ministra anterior ha hecho un muy mal trabajo con el Brexit. Qué puedo decir, es un desastre”, agregó. “Creo que Boris lo arreglará”.
Pero para los empresarios y los parlamentarios, la prioridad es negociar una salida ordenada de la UE, para evitar una crisis económica. En un comunicado, la organización empresarial CBI dijo que el Brexit ordenado es necesario para luego lanzar un amplio plan de reactivación de la economía británica.
Mientras que el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social (Niesr, su sigla en inglés) dijo ayer que había un 25% de probabilidades de que el Reino Unido ya hubiera entrado en recesión.
La entidad dijo que, incluso asumiendo una salida ordenada, la economía crecerá sólo 1% en 2019 y 1% en 2020. El panorama empeora si hay un Brexit caótico, ya que, según Niesr, habría una contracción “severa”.