Felipe Camargo, economista de Oxford Economics: “El mayor desafío para Chile es mantener el equilibrio, de la mano de la nueva Constitución”
Felipe Camargo, economista para Chile y Colombia de Oxford Economics, estimó que el nuevo gobierno estará, en parte, de manos atadas para grandes reformas, mientras se define la nueva Carta Magna. Además, deberá enfrentar el dividido Congreso. “No vemos que logre hacer mucho”.
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- ¿Qué lectura hace del resultado electoral en Chile?
- Hay dos sorpresas principales. La primera: el resultado en sí mismo con un margen mayor de lo esperado y en que el ganador se ha reconocido rápidamente, lo cual es genial para la democracia por los riesgos de convulsión social que sabemos que atraviesa Chile. Y la segunda es la participación electoral, que también fue mayor de lo esperado. Eso es bueno para las instituciones; resta ver si también para la economía.
- ¿Cuál es la señal para los inversionistas considerando las propuestas de Boric y el retorno de la izquierda al poder?
- Positiva si consideramos que los mercados esperaban un resultado más ajustado con riesgos de agitación social. Probablemente estemos ante un traspaso de mando mucho más serio y democrático. Pero sigo siendo bastante escéptico de hasta dónde puede llevar esto en términos de fundamentos. Todavía estamos por ver qué quiere o puede hacer Boric, especialmente por la división del Congreso. Tiene en mente aumentos de impuestos y más gastos, y la composición de ellos es muy importante para el crecimiento y para el entorno empresarial.
- Considerando los discursos más recientes de Boric, ¿ve un gobierno más de centro izquierda?
- Creo que esa es la pregunta del millón de dólares. Aún nos queda por ver qué tan lejos puede llevar sus programas. Y, sobre todo, si son realmente lo que quiere hacer porque muchos no parecen creíbles. Al ver en detalle sus propuestas, como la idea de subir los impuestos a los más ricos y la carga tributaria nacional en 5 puntos porcentuales del PIB, son muy poco probables en medio del cambio constitucional. A eso se suma la división del Congreso. Tendrá que hacer muchas concesiones con la derecha para avanzar. No vemos que logre hacer mucho.
- De sus propuestas, ¿cuáles son factibles?
- Vemos un cambio menor en la carga tributaria, de alrededor de 1 punto porcentual. También vemos más gastos, de unos 2 puntos. Podríamos pensar que Chile está entrando en un gobierno menos austero, pero no tanto como para ser un riesgo o como para crecer a nivel preocupante.
Aquello que solo necesite una pequeña minoría en el Congreso, como el sistema de impuestos sobre la renta, es factible. Creo que el gobierno estará más inclinado a hacer pequeños cambios al principio, ver lo que trae la Constitución y, cuando intente adaptarla a su favor, ya estará en su tercer año en el poder. El capital político suele desvanecerse con bastante rapidez; entonces, ahí veremos si todavía tendrá la capacidad de negociar esos cambios que tiene en mente.
- ¿Qué lectura hacen de la votación de Chile? En primera vuelta gana la derecha, después de que se aprobó la reforma constitución, y ahora gana la izquierda.
- Creo que estamos en un escenario en el que Chile está tratando de descifrar qué quiere como país. Lo que sí está claro es que es un país completamente polarizado. Y eso lo estamos viendo en gran parte de América Latina. Y esto es algo que, a la larga, recaerá en el cambio constitucional.
- ¿Más allá del presidente?
- Sí. Y acá destaco la reforma previsional, tan importante para la economía. Espero que no haya gran cambio en este sentido sino que encuentren modificarlo a favor de los menos favorecidos.
Un sistema de pensiones es el corazón del crecimiento: incentiva los ahorros, ello refuerza las inversiones y con ello el crecimiento económico.
- ¿Cómo queda la imagen de Chile frente a la región?
- Chile siendo la joya dorada de América Latina, con el mayor crecimiento per cápita de la región, y todavía tiene muy buenos fundamentos como base. No lo compararía todavía con Venezuela o Argentina, ni tampoco con países de ingreso medio como México o Brasil. El mayor desafío es que mantenga el equilibrio, de la mano de la nueva Constitución. Esperamos que Chile se las arregle para obtener una constitución que apacigüe las necesidades de la población, pero no tan rígida y sindicalizada como en Brasil.