Miguel Henrique Otero: “Pasamos de ser referente en Venezuela a ser la voz de quienes están dentro y fuera del país”

Lo que ocurre en Venezuela “sobrepasa toda lógica (...) Nada se ha salvado de la destrucción. La economía, la productividad, la industria petrolera, los servicios, la educación” y muchos otros elementos más “han sido devastados, en un proceso que todavía no culmina”.

Así reflexionaba sobre la crisis el presidente y director del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, en Twitter, el pasado 3 de agosto cuando conmemoraba los 75 años de fundación del medio, el único periódico tradicional independiente que se mantiene en la nación caribeña.

Ahora, en entrevista con DF, y desde el exilio, Otero relató la historia detrás esta referencia periodística y aseguró que pese al difícil escenario que describe, y frente a todas las amenazas sufridas, El Nacional sigue imprimiéndose y produciendo contenidos para la página web.

“Hoy no sólo somos referencia informativa en el país, sino también entre la inmensa diáspora venezolana que se ha dispersado en el mundo” y entre los ciudadanos de otras naciones que se interesan por lo que ocurre en Venezuela.

- Después de 75 años, ¿qué caracteriza a El Nacional?

- Que desde su fundación fue un periódico combativo, crítico, profesional, moderno, dispuesto a luchar por la libertad y por defender las ideas democráticas. Siempre nos hemos enfrentado a gobiernos -a éste y a los anteriores-, pero también hemos sido propositivos y ello nos ha permitido hacernos un nombre. La mayoría de los cambios que se han dado en el país surgieron de discusiones y debates originados en El Nacional.

- ¿Fue eso lo que los llevó de ser combativos a ser combatidos?

- Así es. Pasamos a ser blanco de ataques, agresiones y amenazas. Empezamos a ver cómo poco a poco nos fueron restringiendo el suministro de papel. Se han ido cerrando espacios, pero nosotros seguimos luchando y por ello hemos conseguido, por muchas vías, contar con nuestra materia prima. Trece diarios del continente nos han suministrado papel en determinadas ocasiones: de Chile, el diario El Mercurio; de Argentina, La Nación; de Brasil, O’Globo y así muchos otros.

- ¿Cuál es el secreto para sobrevivir a ese escenario?

- La vocación de lucha. Nunca hemos cedido ante las presiones y nos mueve el interés hacia el periodismo, de llegar hasta el final, de ver el cambio de Venezuela y estar ahí para reseñarlo.

Décadas de cambios

- ¿Cómo ha cambiado El Nacional en estos últimos 20 años?

- Demasiado. Llegamos a tener 128 páginas, distribuidas en seis cuerpos que se vendían los siete días de la semana. Teníamos revistas propias, suplementos, y un periódico completamente gratuito; éramos un gran conglomerado editorial. Hoy nos manejamos con criterio de escasez, hemos ido reduciendo la paginación y el tiraje. Hemos recortado hasta dejar sólo el núcleo: el impreso con quince páginas, que se distribuye sólo cinco días a la semana y prácticamente sin complementos.

Además nos hemos ido reduciendo en personal. Éramos más de 1.100 empleados hace siete años, ahora somos más o menos 200. Muchos se han ido en medio de esta fuga de talento impresionante. A ellos se suman los que hemos tenido que dejar ir cuando dejamos de elaborar alguno de nuestros productos.

- Y además han tenido que migrar a lo digital.

- Sí, pero para nosotros ese proceso es muy distinto a lo que ocurre en Chile y en otros países. En un país normal se reducen las audiencias en lo impreso y se crece en lo digital. Nosotros sufrimos una migración forzada. Reducimos los ejemplares porque el régimen nos obligó a ello, y dejamos una demanda insatisfecha porque no podemos producir al ritmo de lo que la gente quiere comprar. Y aumentamos el tráfico en la web de forma brutal, pero porque hay 3 millones de venezolanos que se fueron del país y que nos buscan porque somos los únicos informando lo que está pasando. El Nacional es el único periódico tradicional independiente que queda; los demás son portales.

- ¿Han tenido que reenfocarse para satisfacer a un nuevo público?

- Paradójicamente, en medio de los embates que ha sufrido nuestra organización, nuestra marca se ha propagado como nunca antes. Ya el interés por lo que pasa en Venezuela no viene sólo desde adentro. Son los venezolanos que están fuera y son los países de habla hispana que voltean la mirada hacia nosotros. Hoy nos conocen como periódico referencial. Pasamos de ser referente sólo en Venezuela a ser la voz de quienes están dentro y fuera del país.

- Bajo ese panorama que ha descrito, ¿cómo seguir apostando por Venezuela?

- Porque sabemos que este régimen no va a durar y que algún día vamos a publicar el titular: “Venezuela recobra la democracia”.

- ¿Tienen en sus planes internacionalizarse?

- Tenemos una pequeña oficina en Miami, pero realmente aún no está en nuestros planes hacer una inversión grande en el exterior. Estamos tan enfocados en sobrevivir en Venezuela que no podemos destinar los pocos recursos que nos quedan a apostar por emprender, considerando los riesgos que ello implica.