La Fed de Janet Yellen llega a su fin y los nominados de Trump comienzan a tomar el poder
Jefe de Estado podría imponer su visión de más flexibilidad monetaria y regulatoria, al designar a personas para los tres cargos vacantes que habrá en la entidad.
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Janet Yellen, la primera mujer en presidir la Reserva Federal de Estados Unidos, se convertirá esta semana, además, en la primera líder en la historia moderna del país que sale del cargo tras sólo un período de cuatro años. El sábado, la economista pondrá fin a una carrera de más de 20 años en el banco central más poderoso del mundo, ocho de los cuales tuvo voz y voto en el Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC), encargado de definir la política monetaria estadounidense.
Su retiro llegó atado a la decisión del presidente del país, Donald Trump, de no pedirle ejercer nuevamente la jefatura de la entidad. En cambio, el mandatario designó al exbanquero Jerome Powell, también miembro del FOMC y con posturas cercanas a las de Yellen, para presidir la Fed. Tras ello, ella anunció que no continuaría en la institución, pese a que su período no expira sino hasta enero de 2024.
Su salida abre la puerta para que la Casa Blanca nomine a otro integrante del FOMC. Junto a Powell, de la Fed de Yellen sólo queda Lael Brainard. El economista Randal Quarles, vicepresidente de supervisión, asumió su cargo en octubre, nominado por Trump. El jefe de Estado también designó al economista Marvin Goodfriend, quien aún debe ser evaluado por el Senado para llenar una vacancia.
Si resulta confirmado y, tras la salida de la hoy presidenta, quedarán tres asientos vacíos en el banco central, lo que le daría a Trump el poder de sentar en la mesa a personas que compartan la retórica anti-regulación financiera y favorable al estímulo monetario que ha defendido el jefe de Estado.
Un giro rápido podría remecer a mercados, acostumbrados a los cambios graduales y previsibles que caracterizaron a la Fed de Yellen. “Asumir que los nuevos aprenderán de los errores pasados cuando estamos en territorio desconocido es esperar demasiado de la institución”, dijo a Bloomberg Diane Swonk, de DS Economics, .
Antes de dejar el barco, Yellen presidirá su última reunión de política monetaria esta semana, en la que el mercado no espera movimientos en la tasa de interés.
La Fed de Trump
El presidente de EEUU ha sido claro en que quiere mantener el buen desempeño de la bolsa y el crecimiento económico, factores que no están en la misión de la Fed y que podrían verse coartados si la entidad sigue retirando los estímulos monetarios que estableció después de la crisis financiera.
Por su parte, Powell ha defendido la independencia del banco, así como su mandato constitucional: máximo empleo y control de la inflación.
Pero más allá de la política monetaria, el presidente tiene el poder para reformar profundamente el banco central estadounidense. Parlamentarios de su Partido Republicano han intentado impulsar cambios para hacer más transparente y representativo el proceso de la política monetaria.
Este mes, el Comité de Servicios Financieros de la cámara baja comenzó a discutir un proyecto que ampliaría la mesa del FOMC para dar cabida a los presidentes de los doce bancos centrales regionales del país. Actualmente, sólo cinco de ellos tienen derecho a voto, rotando anualmente. Ello daría más peso a los representantes regionales frente a los nominados de la Casa Blanca.
Pero ello no está lejos de la realidad actual. Con sólo tres miembros confirmados, al que podría sumarse Goodfriend, los presidentes regionales de Nueva York, Cleveland, Richmond, Atlanta y San Francisco tienen más peso que los rostros permanentes del FOMC.
“Los presidentes regionales tendrán el poder”, dijo a Washington Post el expresidente de la Fed de Dallas, Richard Fischer. “Y a los regionales no les importa llevar la contra”, añadió.
Desafíos monetarios
El banco central estadounidense lleva años luchando con una inflación excepcionalmente baja, que lentamente está comenzando a acercarse a la meta del 2%. Para este año, la entidad prevé tres alzas de tasa, aunque podrían ser más, si el ritmo de los precios se acelera.
Pero para entonces, la Fed que lideró Janet Yellen, fuertemente dependiente de los datos macroeconómicos y cuidadosa en su comunicación con los mercados, podría haberse convertido en no más que recuerdo.