Intel frente a escasez de chips: "nuestro modelo permitió hacer frente a esta situación en medio de la crisis sanitaria”
El ejecutivo explicó que haber duplicado las capacidades les permitió responder eficazmente al alza en la demanda. Y, con ese ritmo, hoy se embarcan en uno de los mayores cambios de la historia del gigante: fabricar semiconductores para terceros por encargo.
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Grandes industrias, como la automotriz, la de los teléfonos inteligentes y la de los computadores, por solo citar algunas, tienen semanas bajo presión por la escasez de un pequeño dispositivo: los chips.
Son ellos, los semiconductores, los que hoy mueven al mundo; están integrados en todo, o casi todo, lo que está en manos del ser humano: autos, artículos de línea blanca, smartphones y hasta aviones.
Su mercado en 2020 movió US$ 440 mil millones, un 6,8% más que el año previo, y se estima que para este ejercicio logrará ventas por US$ 488 mil millones, según el proveedor de datos World Semiconductor Trade Statistics.
Su desabastecimiento, en parte por la disrupción causada por la pandemia, ha puesto en jaque a muchas compañías. Sin embargo, Intel -el mayor fabricante de circuitos, según su cifra de negocio anual- no solo ha logrado mantenerse a flote, sino que ha decidido darle un vuelco a su modelo de negocio y empezar a fabricarle a terceros.
“La ventaja de Intel hoy es estar integrada verticalmente y ser dueña de todo, desde el silicio, el sustrato y sus fábricas. Eso es lo que nos ha permitido estar mejor, parados en esta situación de demanda que explotó”, cuenta Marcelo Bertolami, gerente general para las Américas de la compañía.
- ¿Cómo es que, en medio de esta crisis, deciden abrirle la puerta a otros fabricantes?
- Fue el modelo de negocio el que permitió hacer frente a la escasez de chips en medio de la crisis sanitaria. Intel no es, como hace cinco años, la empresa que tenía el logo en el computador.
Ahora, podemos decir que ese negocio se divide 50%-50% con el de los data centers y el Internet de las Cosas. Y, en medio de eso, somos una compañía vertical. Las fábricas son nuestras y tenemos todas las cadenas de suministro; así aseguramos que trabajamos muy cerca de nuestros proveedores, para tener todos los componentes a la mano.
En contextos como estos, donde cada compañía fabrica para varios clientes, empieza a darse una priorización, considerando que toda capacidad es limitada. Sabiendo esto, por ejemplo, duplicamos en los últimos dos años la capacidad para abastecer el mercado de los computadores. Estábamos, sin saber, preparándonos para una crisis como ésta.
A nivel de fábrica, la pandemia no nos afectó. Pero sí lo ha hecho el boom de la demanda, como a todos: proveedores de paneles, de memorias, carcasas y, más recientemente, hasta a la industria del sustrato.
- ¿Pero qué significa, en concreto, esa apuesta?
- Vamos a dar acceso a terceros a las fábricas de Intel y, por eso, estamos construyendo dos más en Arizona. Además, vamos a integrar otras tecnologías que van más allá de la arquitectura del PC. No solo pondremos a disposición de los clientes nuestra propiedad intelectual, sino que vamos a sumar ARM y RISC. Todo esto es lo que se llama el negocio de las foundries -o la fabricación de semiconductores para terceros por encargo-, en base a sus propias reglas de negocio y protección de la propiedad intelectual de los terceros.
Cambios en demanda
- ¿En medio del alza de la demanda, ven aumento de precios e impacto para la gente?
- De los procesadores, no. En tiempos volátiles, nosotros no vemos precios, pero porque los productos no son commodities; es decir, sus precios no fluctúan mucho con la demanda. Ahora, sí puede pasar que, después, las pantallas o las memorias suban de precio por la escasez.
- ¿Qué tanto ha cambiado el consumo de la tecnología en tiempos de pandemia?
- Eso se nota más cuando hablamos de computadores. La venta de PC en Chile, por ejemplo, cayó casi 7% en 2019 versus 2018. En 2020 creció más de 50%. Solo en Chile. Estamos pensando que para el año que viene, sobre ese 50%, va a crecer otro 5% por lo menos. Eso va a llevar a Chile a casi 1.900.000 unidades por año. Si consideramos a nivel global, estamos hablando de casi 400 millones de unidades.
- ¿Esperan que esta tendencia se mantenga incluso habiéndose superado la crisis sanitaria?
- Sí. La demanda va a seguir aumentando, porque la gente se dio cuenta que el PC y los dispositivos son cada día más relevantes para la nueva normalidad. Es difícil hacer proyecciones, pero sumando que la transformación digital que esperábamos que ocurriera en 10 años pasó en uno o dos meses, todo apunta a que las cosas van a seguir conectándose y para ello serán necesarios los chips.
- ¿En ello consideran también el desarrollo 5G?
- Exactamente. En ese proceso se necesita cada vez más procesamiento de datos para todo tipo de empresas. Lo vemos en el mundo y en Chile, que es pionero del 5G en Latinoamérica. Cada vez son más los camiones de las mineras sin conductor. Y, por el otro lado, está el desarrollo de la nube pública y privada, donde hay una densidad de procesamiento gigantesco.