CAM Santiago: árbitros y consejeros hacen balance de la actividad en pandemia y advierten cambio de paradigma
Las temáticas y áreas que más recurrieron al organismo en 2020 fueron construcción y obras de ingeniería y las promesa de compraventa de inmuebles.
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Con un sello modernizador, que han buscado implementar desde 2013 y que se profundizó a fines de 2019, el Centro de Arbitraje y Mediación (CAM), de la Cámara de Comercio de Santiago, pudo hacer frente a las exigencias de la industria en esta materia. A raíz de los efectos de la crisis económica provocada por la pandemia, el año pasado se produjo un leve aumento de los arbitrajes respecto de 2019 -pasando de 425 a 431 en esa comparación-, incremento que se concentró en el segundo semestre, explicó el presidente del organismo, Herman Chadwick.
“Como métodos adecuados de resolución de conflictos, tanto el arbitraje como la mediación tienen la capacidad de adaptarse y evolucionar constantemente, según las necesidades de sus usuarios”, comentó Chadwick.
Es así que, mientras en 2013 el CAM comenzó la transformación digital de estos procesos, a fines de 2019 inició la modernización de los sistemas de videoconferencias que se utilizaron intensamente durante la pandemia, a lo que se sumó en 2020 la realización remota de audiencias, que llegaron a un total de 1.222 en ese ejercicio.
Tal como coinciden el propio Chadwick y los consejeros y árbitros consultados, la industria que más recurrió a los servicios del CAM en 2020 fue la de “construcción y obras de ingeniería” (21,11%) -aunque disminuyó levemente respecto de 2019 (24,94%)-, seguida muy de cerca por el ítem “promesa compraventa inmueble” (20,88%) y el sector comercial (11,83%).
En el ámbito de las mediaciones, Chadwick destaca que los conflictos derivados de arrendamientos, de construcción e incumplimientos contractuales de compraventa y promesas de compraventas, son los que más aumentaron en 2020, siendo tramitados a través del Programa de 1.000 Mediaciones Online Pro Bono. “Este servicio continuará ofreciéndose durante 2021 gracias a las alianzas y convenios que hemos celebrado con instituciones públicas y privadas”, adelanta el presidente del organismo.
Otro tanto ocurrirá con el trabajo que realizan los Árbitros Jóvenes (AJ CAM Santiago) con las causas de menor cuantía, a través de procedimientos abreviados y las audiencias virtuales “que llegaron para quedarse, y esta modalidad estará disponible de modo permanente cuando sea necesario, cuidando, por supuesto, las garantías del debido proceso”, asegura Chadwick.
Desafíos para este año
Para 2021, el presidente del CAM prevé un “aumento de casos por conflictos contractuales surgidos durante la pandemia y un cambio de paradigma en que la comunidad jurídica nacional sea cada vez más consciente de los beneficios de la tecnología y también de la mediación como método colaborativo de resolución de controversias”.
En este sentido, la consejera del CAM Elina Mereminskaya estima que el arbitraje virtual “es la tendencia que marca el futuro”, lo que –a su juicio- debiera favorecer tanto a la actividad en el país ya que se eliminan el costo y desgaste de los traslados, como en el exterior por cuanto “los abogados y árbitros chilenos podrán asumir más protagonismo en el plano internacional”.
Agrega que lo anterior también implicará una serie de desafíos, destacando entre los más relevantes la necesidad de comprender cómo la interacción a través del video afecta la persuasión y el proceso de toma de decisiones del tribunal.
Esta mirada es compartida por el árbitro Julio Pellegrini, quien considera que, con una adecuada regulación, no debiera disminuir el estándar ni calidad de la labor de los árbitros, ni tampoco perjudicar a las partes.
En esta misma perspectiva, la árbitro Claudia Schmidt señala que la consolidación de los procedimientos virtuales ha quedado demostrada a raíz de la necesidad de implementar el teletrabajo durante 2020, donde la videoconferencia es una “forma de trabajo eficiente que ha resguardado el debido proceso y la bilateralidad de la audiencia; permitiendo acotar los tiempos y la duración de los conflictos”.
Desde un punto de vista más general, el consejero Cristián Maturana enfatiza que la tendencia debería ser avanzar hacia una “legislación monista”, de tal manera que un mismo sistema arbitral rija tanto para resolver conflictos internos como internacionales.