Factores tras el alza en resultados de Socovesa: efecto rezago en ventas y mix diversificado
Efecto positivo podría cambiar en los próximos meses por la baja en promesas y cierre de negocios.
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Empresas Socovesa, que agrupa las filiales Socovesa, Almagro y Pilares, logró sortear la emergencia sanitaria, reportando ganancias por $ 4.320 millones al cierre del segundo trimestre, un alza de casi 23% respecto a los $ 3.515 millones del mismo período de 2019. Esto marca una diferencia en la industria inmobiliaria, pues las firmas que han dado a conocer sus resultados muestran en general importantes retrocesos.
Además, la brecha en utilidades es aún mayor si se compara el acumulado a junio, cuando anotó $ 7.586 millones versus $ 2.154 millones en el mismo lapso del año pasado.
¿Cómo lo logró? La firma explicó en su análisis razonado que esto tiene su mayor fundamento en que existe un rezago entre las ventas y los ingresos, por lo que la facturación registrada en el primer semestre corresponde a promesas realizadas principalmente durante los años 2018 y 2019, y menos a las generadas los primeros meses del año. Así, gran parte de los ingresos del primer trimestre de este provinieron de saldos no escriturados de fines de 2019 por efecto de la crisis social.
De esa manera, los ingresos del semestre crecieron 9%, totalizando $ 135.153 millones en el período.
Una fuente del sector que prefiere guardar reserva, comenta que otro factor que podría haberlos favorecido es el mix de productos donde a diferencia de otras inmobiliarias, Empresas Socovesa tiene una cartera importante de casas, y estas han respondido de mejor manera a las dos crisis recientes. Tanto luego del estallido social como en pandemia, la gente ha buscado este tipo de productos, tanto para alejarse de los centros de conflictos como por buscar más espacio por razones como el teletrabajo.
Un tercer punto es que la firma está presente en todos los segmentos del mercado de viviendas, lo que le permite defenderse mejor ante la contingencia. Eso sí -señala la misma fuente- existe una brecha importante de tiempo entre que se firma una promesa y se concreta efectivamente el negocio y la inmobiliaria recibe el grueso del dinero, por lo que los efectos de los desistimientos y/o bajo nivel de cierre de operaciones en el segundo trimestre, podrían visibilizarse recién en los próximos meses.
Según explicó la compañía en su análisis razonado, los efectos de la pandemia se manifestaron tanto en la caída de las promesas como en el atraso de las obras. Y al cierre de junio hubo una baja de 48% en los cierres de negocio de viviendas nuevas. Este menor volumen de ventas se descompone en un retroceso de 42% en las unidades vendidas y en un 11% de menor precio promedio producto de un mix de promesas diferente al registrado a junio de 2019.
En el corto plazo, Socovesa señaló que se debería observar un impacto negativo sobre el empleo, las expectativas y el acceso al crédito hipotecario, "todas variables fundamentales en su efecto sobre la demanda inmobiliaria; por lo tanto, menores ventas, aumentos en los desistimientos y un ajuste más lento a la baja en la oferta, debieran deteriorar las velocidades de venta y los meses para agotar stock".