Marcel y el impacto del retroceso a fase 2: “Es un antecedente que refuerza el sesgo a la baja en las proyecciones de crecimiento”
El presidente del Banco Central hace un llamado a todos los actores a alinearse para enfrentar los “complejidades” de cara a la recuperación y pide mayor colaboración para volver a crecer al 3%-4%.
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Cuatro años cumplió el viernes Mario Marcel a la cabeza del Banco Central. Y aunque las probabilidades -que dice las calculó- sugerían que enfrentaría una crisis durante su mandato, ahora ya tiene en el cuerpo tres y superpuestas: la social, el efecto del Covid-19 global en Chile y luego el golpe directo de la pandemia en el medio local.
“Todos los esfuerzos que se hicieron en el pasado por guardar reservas para momentos más difíciles, hoy es indudable que valieron la pena: construir una buena arquitectura de política macroeconómica en lo monetario, cambiario, fiscal, financiero, porque eso nos ha permitido actuar de manera eficaz frente a un escenario inédito”, recalca.
Pero el trabajo aún no acaba, advierte horas después de presentar el último Informe de Política Monetaria (IPoM), donde asumieron una mayor contracción del Producto Interno Bruto (PIB) este año, pero subieron el rango de crecimiento para 2021.
- ¿El retroceso a fase 2 puede llevarnos a una caída del PIB más cercana a 6,25% este año?
- El rango entre -6,25% y -5,75% en 2020 está por debajo del límite inferior que se dio en septiembre. Eso ocurre porque las cifras efectivas, especialmente en octubre, fueron más bajas, porque ha habido un rezago mucho más fuerte de los sectores más afectados por las restricciones, y porque también el avance del plan Paso a Paso ha sido más lento de lo previsto en septiembre. Todo esto ya estaba considerado antes del retroceso de la Región Metropolitana al Paso 2.
Ahora, esa medida afecta fundamentalmente a las últimas semanas del año y, por el momento, se ha dicho que se va a evaluar el 21 de diciembre. Eso no lo incorporamos por estar muy encima de la publicación del informe. Su magnitud es pequeña en el contexto de todo un año, pero es un antecedente que refuerza el sesgo a la baja en las proyecciones de crecimiento, que significa una mayor probabilidad de ubicarnos en la parte inferior del rango.
Si uno cuantificara las dos semanas en Paso 2 en la Región Metropolitana, con las características que hoy tiene esa fase -con excepciones para la construcción, los restoranes, por ejemplo- eso significa algo menos de dos décimas de actividad. Dado que hay un rango de 50 puntos base para el crecimiento anual, justifica una mayor probabilidad de ubicarse en la mitad inferior del rango. Ahora, si esta medida reduce la probabilidad de un rebrote mayor del contagio, que habría obligado a tomar medidas más restrictivas a futuro, habrá sido un costo justificado.
- ¿El último trimestre del año podríamos tener una caída del PIB?
- Ya tenemos una observación negativa para un mes, con la caída de 1,2% en octubre respecto del mismo mes del 2019 y diciembre se va a ver afectado por el retroceso de la Región Metropolitana. Entonces, si bien el rango de crecimiento es compatible con un cuarto trimestre con cifras positivas levemente, hoy lo último es bastante menos probable.
- ¿La recuperación ya no será en “V”?
- En las cifras mes a mes tenemos un cierto grado de volatilidad. Esto tiene que ver con una economía donde hay mucha heterogeneidad, muchas fricciones, cuellos de botella y riesgos. Entonces, es una recuperación que tiene bastante complejidad. Eso no quiere decir que vaya a ser larga o que no se produzca. De hecho, estamos ya en recuperación hace por lo menos cinco meses, pero tendremos que convivir con una situación en la cual hay que invertir mucho en entender los datos, qué explica las variaciones de un mes a otro, distinguiéndolas de los movimientos más profundos y persistentes de la economía.
Venimos de una caída de actividad que fue extraordinariamente rápida y violenta -mucho más rápida que en la recesión de 1982-, pero que ya se detuvo. La recesión del 82 duró dos años. Aquí, básicamente cayó fuertemente en un trimestre y después ya empezó a recuperarse. Entonces, si eso continúa en la senda que hemos previsto, esta será una crisis mucho más corta, pero donde el golpe inicial fue extraordinariamente fuerte.
- ¿En qué pie estamos para iniciar 2021? ¿El primer trimestre podríamos volver a sufrir caídas?
- En el IPoM de septiembre comentamos que, en el primer trimestre del próximo año, nos compararíamos con una economía que estaba más arriba doce meses atrás, lo que mantiene la probabilidad de una cifra negativa en 12 meses. Pero más allá de si hay datos levemente positivos o negativos, solo comenzaremos a ver cifras consistentemente positivas en la comparación en 12 meses a partir del segundo trimestre del próximo año.
- Los analistas miraron con algo de distancia sus proyecciones del PIB para 2021.
- Cuando se discuten las cifras hay una cierta tendencia a tener como referente las cifras de crecimiento habituales o el PIB tendencial. Pero cuando hay una caída de actividad muy fuerte, es bastante habitual que surjan cifras muy altas de crecimiento en los períodos siguientes, porque es un momento de recuperación.
En este caso, hay actividades a las cuales se le levantan las restricciones y pueden volver a operar en un plazo relativamente breve. Eso hay que tomarlo en cuenta en este caso.
Si la economía simplemente se mantuviera en el mismo nivel de PIB en el cual terminaría este año, habría un crecimiento cercano al 5% el próximo año. Esto, porque se estaría comparando con una base que incluye toda la caída pronunciada de actividad que tuvimos entre marzo y mayo.
Si a eso se le agrega el efecto del retiro de fondos sobre el consumo y la actividad, que para el segundo retiro lo estimamos en alrededor de 1% del PIB, uno ya se va acercando al 6%. Simplemente por la propia mecánica de estas cosas se tiende a generar esa cifra más positiva.
- Suena como ir en piloto automático, ¿no?
- Es difícil ver cosas muy automáticas en la economía con las características de esta crisis. Aquí hemos tenido una respuesta de política de una envergadura en términos de recursos mucho mayor que en cualquier crisis anterior, en donde ha habido mucha innovación, se han hecho muchas cosas que no habíamos probado, como entregar liquidez a la banca condicionada al flujo de crédito.
Entonces, esta actitud más proactiva de las políticas públicas va a tener que acompañar también la reactivación, porque hay sectores que tendrán que readecuarse, hacer inversiones, cambiar sus modos de funcionamiento. Vamos a tener muchas empresas que van a salir con un nivel de deuda importante, pero posiblemente con mucha concentración de obligaciones en ciertos períodos que a lo mejor no va a coincidir con sus períodos de mayores ingresos.
Habrá segmentos de la población a los que les va a costar volver a una situación más estable. Mencionamos el caso de las mujeres, muchas de las cuales perdieron su empleo o tuvieron que dejarlo para cuidar de sus hijos que no estaban yendo a clases y no van a volver a buscar empleo hasta que vuelvan las clases presenciales. La informalidad en el mercado de trabajo y en la economía en general también probablemente ha aumentado este período.
Entonces, hay muchas cosas que hacer, las cuales no se van a resolver con piloto automático ni con medidas mágicas, sino que requieren de políticas públicas que ayuden a encauzar la economía en una dirección que no es simplemente reponer lo que había antes, porque también serán necesarias inversiones en tecnología para funcionar mejor en una economía más digitalizada.
Sería un grave error retirar el apoyo de las políticas públicas en un momento que va a ser especialmente necesario, pero éstas deben adecuarse a las necesidades de esta etapa. Lo que sirvió para contener o atenuar la crisis en una primera instancia no necesariamente sirve para apoyar la recuperación.
Soñar con el 3%-4%
- Al presentar el IPoM habló de evitar la autocomplacencia y que no había margen para errores. ¿A quién iba dirigido ese mensaje?
- Yo apuntaba a que todos los que tenemos alguna responsabilidad por las políticas públicas tenemos que reconocer cómo ha cambiado nuestro entorno. Hace un año y medio, teníamos un crecimiento relativamente lento, había una cierta preocupación al respecto, pero teníamos disponible una serie de holguras que habíamos acumulado a través de los años pensando en escenarios más difíciles.
Desde la crisis social en adelante, todos los agentes económicos han estado usando esas holguras. Las empresas se han endeudado, los hogares han retirado ahorros previsionales por algo que probablemente cuando termine el segundo retiro será cercano a 10% del PIB. La bolsa ha perdido 25% en capitalización. El Fisco, entre el uso de los fondos soberanos y la deuda que ha emitido, en un solo año ha ocupado 8% del PIB.
Hoy, cada uno de esos actores tiene menos holguras para enfrentar presiones a futuro. Uno siempre trata de hacer la mejor política posible, pero cuando había todas esas holguras había un margen de error. Hoy, ese margen de error es mucho menor.
En el fondo, tenemos que tomar las mejores decisiones, que son aquellas en las que se pueden complementar estos distintos actores de las políticas públicas, el Gobierno, el Banco Central, el regulador financiero y el mismo Congreso.
- ¿Cuán dañada saldrá la economía de esta crisis? ¿Se puede crecer sostenidamente a 3%-4%?
- El rango de 3%-4% corresponde al crecimiento tendencial de la economía estimado por el banco en junio de 2019. Aunque desde entonces han ocurrido muchas cosas, no hemos querido actualizar la estimación mientras la economía todavía está en un proceso de ajuste importante, con mucha volatilidad en las cifras. Estas estimaciones se tienen que hacer con los datos más confiables posible.
En todo caso, lo que está claro es que, entre las caídas de actividad de fines del año pasado por la crisis social y de este año por el Covid, vamos a haber perdido del orden de 10 puntos del Producto. Ese es el tamaño del PIB de la minería.
Esa brecha podemos tratar de cerrarla a lo largo del tiempo, pero deberíamos ser capaces de crecer durante varios años a un ritmo superior al del PIB tendencial. Si quisiéramos cerrarlo en diez años, tendríamos que estar creciendo 1% más por año por encima del crecimiento tendencial.
Para eso deberíamos tener mejoras sistemáticas de la productividad, niveles altos de inversión, mejoras importantes de capital humano, mejoras de eficiencia en el funcionamiento de la economía, son muchas cosas que tendríamos que hacer.
Obviamente eso no es imposible, pero requiere un esfuerzo de una constancia, compromiso, colaboración y eficiencia muy superior a lo que hemos visto recientemente. Este es un desafío que no puede asumir un actor aisladamente, sino el país en su conjunto.