José Miguel Sánchez: “Recortes adicionales en la tasa de interés tendrán un impacto muy acotado”
El decano de Ciencias Económicas de la UC considera que estamos “en un punto crítico” de crecimiento y que el sector privado también es responsable.
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Falencias estructurales, aspectos coyunturales, reformas, atentados contra la libre competencia, desconfianza, un sector privado mal visto y la caída de las materias primas. La suma de todos estos elementos explican, según el decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica, José Miguel Sánchez, el actual panorama económico. “Un punto crítico”, asegura el economista, quien cree que 2017 será un año similar al actual. Que no sea así, puntualiza, dependerá de si la inversión se recupera o no. Para eso, añade, es primordial que los empresarios “vuelvan a confiar” e inviertan.
El economista sostiene que el empresariado también tiene una cuota de responsabilidad en la desaceleración, debido a los atentados contra la libre competencia, por ejemplo.
- ¿Cómo observa el rumbo de la economía?
- Estamos en un momento muy complicado. Este año el crecimiento se quedó en la parte baja del rango señalado por el Banco Central. Crecer al 1,5% es malo para nuestra economía. El próximo año estaremos cerca del 2% y eso también es bastante pobre. Y seguimos entrampados en un rendimiento de la economía que es muy bajo y eso perjudica las políticas públicas que se pueden realizar para resolver los problemas que aún tiene este país, en educación, salud, infraestructura, etc.
En este momento estamos en un punto bien crítico y es necesario recuperar la senda de crecimiento y en eso hay una responsabilidad del sector privado y del público. El sector privado tiene que volver a confiar en este país y volver a invertir, lo que se va a dar naturalmente cuando se calme un poco el frenesí de reformas que ha impulsado este gobierno, que ha afectado seriamente la confianza y ha provocado incertidumbres, que se ha notado fuertemente en la actividad.
Ahora bien, el sector privado también tiene una responsabilidad gigantesca, con los atentados a la libre competencia, como el de los pañales, que le hacen muy mal a la economía. La colusión es lejos la política anti competencia más radical, profunda y dañina que hay, porque afecta a los consumidores, al mercado, a la confianza y a la capacidad de crecimiento. Los empresarios deben hacer un mea culpa.
- Entonces, si las reformas y la desconfianza explican la desaceleración, ¿qué pasa con el escenario externo?
- También tiene un grado de responsabilidad. Se acabó el boom de los commodities y eso, por supuesto impacta. Pero por otro lado, tenemos el buen precio del petróleo y un período de tasas de interés históricamente bajas, con un precio del capital prácticamente cero o, incluso, negativo en términos reales. Eso podría haber beneficiado la inversión, pero eso no ha ocurrido, entonces si bien el escenario externo es complejo, hay cosas favorables que no se han materializado.
- El presidente del Banco Central enfatizó que el país no está en recesión. Crece a un ritmo lento, pero crece. ¿Qué le parece esa mirada menos catastrofista?
- Él cumple su rol. Él con su opinión está tratando de afectar positivamente las expectativas. Es un gran economista, pero yo veo las cosas menos optimistas. Por ejemplo, el informe de Fitch Ratings es preocupante. Si bien dice que no ha modificado la nota, el autor del documento señala que hay un 50% de probabilidades de un downgrade en la clasificación. En realidad es tarjeta amarilla. Y por dos cosas: por la debilidad de la economía y la situación fiscal, que es muy compleja por los niveles de endeudamiento. Además, eso es muy complicado para el gobierno que llegue, que arribará con un escenario fiscal complicado.
A eso se suma que a la política monetaria no le podemos pedir más. Hemos estado con tasas muy bajas y rebajas adicionales en la TPM tendrán un impacto muy acotado. Los márgenes para impulsar la economía a través de la política monetaria son muy reducidos.
Por otro lado, depreciaría el peso más de lo que está. Con este aumento del tipo de cambio podríamos tener un rebote en la inflación, que hoy está en el rango meta del Banco Central. Entonces, corremos el riesgo de, al bajar la tasa de interés, no tener el impacto esperado sobre el crecimiento y afectar el nivel de precios.
- ¿Estamos simplemente en la parte baja del ciclo económico o hay aspectos estructurales, como una matriz productiva poco diversificada y baja productividad?
- Tiene de ambos elementos. En lo coyuntural el efecto es en la confianza, producto de las reformas, pero hay un fenómeno que nos acompaña hace años, que es la productividad. Es un tema que nos debiera preocupar mucho.
- Mario Marcel dijo en la exposición del IPoM que ahora es el momento para diversificar la matriz productiva, por el bajo precio del cobre y un tipo de cambio competitivo. ¿Concuerda?
- Siempre es el momento para diversificar la matriz. Hoy están las condiciones, con un tipo de cambio alto y atractivo para diversificarse. Creo mucho en la capacidad empresarial y donde hay oportunidades de negocios, la gente las va a tomar. Pero para eso volvemos al tema de las confianzas. Hoy en algunos círculos ser un empresario exitoso parece que fuera algo malo, y eso es un error. La gente es muy proclive a los emprendimientos, pero cuando se menciona a un empresario que ha creado riqueza para el país, hay una opinión negativa.
- ¿Cuáles son los riesgos para la economía en 2017?
- La política fiscal no tiene mucho espacio. Ya vimos que el Presupuesto del próximo año viene apretado. A eso se suma que la política monetaria también tiene poco margen, con una o dos rebajas que no deberían tener mucho efecto. Y de persistir el actual ambiente negativo para la inversión, la situación económica podría ser incluso peor que el 2%.
Además, el año de elecciones es muy complicado. Los gobiernos quieren mantener su obra y tratan de aumentar el gasto, por eso es importante que el ministro de Hacienda mantenga la disciplina fiscal. Eso es un riesgo latente.
"Insulza y lagos tienen la capacidad de buscar consensos y acuerdos"
- Un eventual gobierno de la Nueva Mayoría mantendría o profundizaría el proceso de reformas. Uno de Chile Vamos retrotraería los cambios impulsados por la actual administración. Es decir, para un lado o el otro habría una discusión sobre grandes cambios, manteniendo la incertidumbre. ¿Cuáles son los riesgos?
- Es cierto. Cualquiera que llegue va a querer continuar o desarmar algunas cosas. Pero no es tan fácil. Por ejemplo, un posible gobierno de derecha va a poder hacer algunas cosas, pero no mucho, como retrotraer la gratuidad. Probablemente necesite hacer otra reforma tributaria, pero para arreglar la actual. Por el lado de José Miguel Insulza o Ricardo Lagos, ellos tienen la capacidad de buscar consensos y acuerdos. No habría un proceso de cambios tan profundos como ha existido hasta ahora.
- ¿Cree que existe una huelga de inversión por parte del sector privado?
- No creo. Lo que conozco del sector empresarial es -en general- personas muy creativas, que tienen una motivación por generar riqueza y que andan viendo oportunidades todo el tiempo. Con poco, con una leve recuperación de la confianza, este país puede retomar la senda de crecimiento. El espíritu empresarial está ahí.
- ¿Cómo evalúa el papel de Rodrigo Valdés?
- Rodrigo Valdés es un muy buen economista. Serio. Ha tenido una labor destacada, aunque difícil. Él ha enfrentado oposición de gente que participa del gobierno. Jugó un rol importante en el Presupuesto 2017, incluso con un costo personal. Ojalá que continúe haciendo la buena labora hasta que culmine el gobierno.