Arellano: “Debemos tomar conciencia que vamos a completar diez años con déficits fiscales”
Economista DC e investigador senior de Cieplan advierte que hoy no ve una preocupación compartida por abordar los factores que permitirían retomar un ritmo de crecimiento alto.
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José Pablo Arellano tiene una inquietud. El deterioro del escenario internacional, en medio de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, tiene a este economista ligado a la Democracia Cristiana (DC) investigando los impactos que aquello podría tener en una economía abierta como la chilena. Y el análisis respectivo lo plasmó en el documento "¿Cuán preparados estamos para la próxima crisis de la economía internacional?", publicado por Cieplan, donde comparó la situación actual con la que teníamos previo a la crisis asiática (1997) y a la crisis financiera internacional (2008).
Un contraste que el exdirector de Presupuestos y otrora ministro de Educación considera "útil, no porque estemos ad portas de crisis tan severas como esas, sino porque el país fue capaz de sortearlas incomparablemente mejor de lo que sucedía en su historia previa en las crisis del siglo XX".
El economista señala que hay "varios factores" en los que el país está mejor respecto a ocasiones previas, enfatizando el esquema de flotación cambiaria "que ofrece mayor flexibilidad e impulsa una mayor y mejor respuesta en la producción y el consumo ante un deterioro en las condiciones externas".
"Al mismo tiempo, si bien los niveles de deuda de empresas y personas son más altos, han estado creciendo a un ritmo más moderado de lo que sucedía previo a las dos crisis y se aprecian mejores garantías y fortaleza de las instituciones financieras", sostiene quien también liderara Codelco entre 2006 y 2010.
- ¿En qué ámbitos estamos más débiles respecto a 1997 y 2008?
- Estamos más frágiles en materia fiscal y en el potencial de crecimiento.En lo fiscal, este año vamos a completar siete años con déficit y, por tanto, aumento de la deuda pública. Lo peor es que esta situación no se revierte en los próximos años.
- ¿La situación fiscal empeorará o mejorará hacia adelante?
- El resultado fiscal de este año será peor que el del año pasado y peor que lo que se proyectaba originalmente, dado el menor crecimiento y la menor recaudación de la minería. Pronto conoceremos el Presupuesto para el próximo año, pero casi con seguridad el déficit de 2020 y los años siguientes serán mayores que los proyectados hace un año. Todo esto nos resta espacio para tener una política fiscal lo expansiva que uno desearía si se desencadena una crisis internacional más grave.
- ¿Ve conciencia de la clase política de esas restricciones?
- No es el momento para restablecer el equilibrio fiscal, necesitamos que este año y el próximo, dado el contexto internacional, se mantenga el impulso de la política fiscal.
Pero debemos tomar conciencia que vamos a completar diez años con déficits fiscales y que la deuda de gobierno ha aumentado y va a seguir creciendo. Aún tiene niveles aceptables, pero cada vez nos da una menor ventaja relativa y cada año el gasto en intereses de la deuda crece de manera importante.
Lamentablemente, veo entre quienes no vivieron las frecuentes y graves crisis macroeconómicas que el país sufrió antes de 1990 poca conciencia en la importancia que tiene la fortaleza fiscal para prevenir las crisis, y de los requisitos que tenemos que cumplir para estar bien preparados y, así, proteger a los que sufrirán con el desempleo y las caídas en su nivel de vida.
Pero tal vez donde está la brecha principal es en el convencimiento de que, precisamente frente a las dificultades de la economía internacional, tenemos que hacer un mayor esfuerzo interno por impulsar el crecimiento.
Para mí, lo más inquietante es que no veo una preocupación compartida por abordar los factores que nos permitirían retomar un ritmo de crecimiento alto y sostenible que mejore los niveles de vida en los próximos años. No veo una preocupación compartida por elevar la inversión y mejorar la productividad ni por buscar los medios para dar un nuevo impulso para nuestras exportaciones, que son claves para generar mejores empleos.
Hay un nuevo escenario internacional que para un país pequeño como el nuestro plantea desafíos que no hemos tenido en los últimos 30 años, pero no veo internamente una reacción acorde.
- En general, ¿cómo está viendo el escenario económico local? Hay mucha discusión respecto de si los "tiempos mejores" llegarán o no.
- El Banco Central acaba de dar a conocer su IPoM, el cual muestra un panorama que debería movernos a preocupación a todos. Junto con examinar el impacto de la situación internacional, muestra el deterioro de las expectativas y el impacto que ha tenido sobre el consumo y la inversión. Lo peor es que indica que el balance de riesgos está a la baja. Esto debería movernos a buscar conjuntamente la manera de abordar los desafíos que tenemos como país.
- ¿Cuánto puede ayudar la clase política a reducir la incertidumbre? Se lo consulto a propósito de debates como el tributario y el laboral, en los que la DC ha tenido un rol preponderante.
- Yo celebro que la Democracia Cristiana esté buscando puntos que permitan construir acuerdos, entendiendo que aunque no pueda lograr lo que estima, es el ideal en la medida que se logra mejorar la situación actual. Vale la pena apoyar esas iniciativas y no permanecer inmóviles, o peor aún, favorecer el desencuentro y la polarización.
- ¿Cuánta probabilidad le da a una recesión global en los próximos años?
- Es difícil precisar, pero creo que el panorama internacional es hoy el de mayor riesgo desde que se superó la crisis de 2008.
Burocracia e invesión: "Hay situaciones alarmantes"
- El gobierno anunció un plan de reasignaciones de gasto público por US$ 3.000 millones para impulsar el crecimiento y la inversión. ¿Ayudará a impulsar la actividad?
- Me parece bien, pero hay que tener presente que muchos proyectos de inversión avanzan lento o no se concretan no por falta de financiamiento, sino por dificultades en los permisos y autorizaciones o por oposición de algunos grupos. Me parece que en el sector público y privado muchos proyectos de inversión están limitados por el lento proceso de autorizaciones más que por su financiamiento.
- Se habla de un exceso de permisología.
- Hace unas semanas se dio a conocer un completo estudio de la Comisión Nacional de Productividad sobre regulaciones donde se documentan en detalle las deficiencias de los sistemas para otorgar permisos de inversión. Se detalla la cantidad de burocracia, los costos innecesarios y las demoras para poder concretar los proyectos. Hay situaciones alarmantes. Por ejemplo, para desarrollar un proyecto tipo de explotación minera se requieren 213 permisos.
Varios de ellos deben tramitarse más de una vez lo cual eleva la cantidad de permisos tramitados a cerca de 3.000. Un proyecto minero de explotación requiere de 24 meses para tramitar una concesión y de 100 meses adicionales para iniciar la operación, es decir casi diez años de trámites.
En el informe se hacen sugerencias concretas que debieran ser acogidas para hacer los cambios y agilizar las inversiones públicas y privadas, lo antes posible.
¿40 o 41 horas? "El debate no permite poner
atención a los temas realmente urgentes"
- ¿Cómo ha visto el debate en torno a la reforma tributaria? ¿Cuáles son sus expectativas de cara al Senado?
- En la Cámara de Diputados, desde mi punto de vista, se logró mejorar el proyecto que presentó el gobierno y espero que en el Senado se logre otro avance, de tal manera que el proyecto sea despachado pronto.
Llevamos demasiado tiempo discutiendo de impuestos y hay otras materias que deberían concentran las energías de las autoridades y del sistema político.
- Se ha generado mucha discusión respecto a la jornada laboral. ¿Cómo ve ese debate y qué le parecen los proyectos del gobierno y de las diputadas Karol Cariola y Camila Vallejo?
- Lo menos que uno debería hacer, a mi juicio, es preguntarse si debatir sobre la duración de la jornada laboral es oportuno y si constituye un tema prioritario en este momento.
Cuando vemos el panorama internacional, cuando vemos que muchos empleos pueden estar en riesgo por esa razón, lo que hay que priorizar es la búsqueda de soluciones a ese problema, cómo favorecemos la inversión para compensar los empleos que se pueden perder por un panorama externo tan amenazante.
Agreguemos a esto el rápido cambio tecnológico que está transformando el mundo del trabajo, poniendo en riesgo muchos empleos y que en muchos otros trabajos obliga a adquirir nuevas competencias para no quedar fuera. Ese es el tema número uno en otras partes del mundo, pero está muy ausente en nuestra agenda de políticas públicas. Eso sí, no está ausente en la agenda de las empresas, que están obligadas a actualizarse tecnológicamente para no perder competitividad.
¿Cómo adecuamos nuestro sistema de capacitación a esta nueva realidad de transformación digital, inteligencia artificial y automatización? Esa pregunta debería ser un tema prioritario en la agenda.
Lamentablemente, el debate por la jornada no permite poner atención a los temas realmente urgentes.
COP25: "Es una oportunidad a la cual todos debemos contribuir"
- Se generó mucho revuelo por el cuestionamiento de Fernando Barros al compromiso de los privados con la COP25. Como director de empresas, ¿cree que es compatible el crecimiento económico con el cuidado del medioambiente?
- Para Chile ser sede de esta reunión, donde estarán representados 196 Estados para revisar cómo el mundo está enfrentando el cambio climático, es de la mayor importancia por varias razones.
En primer lugar, porque con la actual sequía estamos experimentando lo que significa el cambio climático. De hecho, los estudios nos sitúan entre los países altamente vulnerables al calentamiento global. Somos un país muy pequeño y, por lo tanto, nuestra fuerza está en lo que logremos hacer con otros y este es el foro principal para abordar estos temas. Tenemos que sumarnos y apoyarlo.
Desde el punto de vista económico, estamos viendo el impacto negativo que tiene el cambio climático para el país. Esto es también una oportunidad. Somos exportadores de muchos productos basados en recursos naturales. Si logramos destacarnos por nuestro manejo ambientalmente sostenible, eso le dará un sello de calidad a nuestras exportaciones agrícolas, pecuarias, forestales, acuícolas y mineras. Si no lo hacemos será una marca negativa. Este encuentro es un desafío y una oportunidad a la cual todos debemos contribuir.