En Australia medio millón de personas ha vaciado sus cuentas de ahorro previsional
Desde que se autorizó el retiro de fondos en abril, más de 2,8 millones de cotizantes han accedido a la facilidad.
- T+
- T-
Evaluado como el tercer mejor sistema previsional por el ránking Melbourne Mercer en 2019, el australiano fue uno de los primeros que autorizó el retiro de fondos previsionales para dar alivio a la ciudadanía afectada por la pandemia.
La medida fue decretada unilateralmente por el gobierno como parte del plan para afrontar la crisis, y Bernie Dean, director ejecutivo de Industry Super Australia, asociación que agrupa fondos de pensiones, explica que la industria la apoyó, pues asumieron que la autoridad “necesitaba moverse rápidamente” para que los ciudadanos tuvieran recursos ante perspectivas económicas y de salud “inciertas”.
Vocero de Australian Super.
El acceso anticipado y extraordinario entró en vigor el 20 de abril y permitió a quienes fueren despedidos durante este año o hubieran sufrido una reducción de al menos 20% en sus ingresos u horas laborales, retirar hasta 20.000 dólares australianos (US$ 14.000) durante cinco meses.
El proceso se dividió en dos fases separadas por el cambio de año fiscal el 30 de junio. En la primera -que concluyó ese día-, cada afiliado podía retirar hasta 10 mil dólares australianos, y lo mismo en la segunda, abierta hasta el 24 de septiembre. Todo exento de impuestos.
Australia tiene el cuarto sistema de pensiones más grande del mundo, con cerca de US$ 3 billones (millones de millones) en activos bajo administración. El modelo es tripartito, o sea que la pensión se financias con aportes del Estado, del trabajador y del empleador, siendo este último el que otorga la mayor contribución, de 9,5%. A partir de 2021, dicho aporte subirá cada año 0,5 puntos porcentuales para llegar a 12% en 2025.
Proceso masivo
En un país con 25 millones de habitantes y una fuerza laboral de casi 12 millones de personas, la semana previa a que se activara el retiro de emergencia, 881 mil personas ya habían solicitado el beneficio y, en tres meses, la cifra se cuadruplicó.
Para acceder al ahorro temprano, se envía una solicitud a la Oficina de Impuestos de Australia, que procesa el pedido en máximo cuatro días hábiles. Si es aprobada, el servicio remite la información al fondo de pensiones respectivo para que realice el pago, que suele demorar cinco días hábiles.
Cifras de la Autoridad Australiana de Regulación Prudencial (APRA) indican que hasta el 12 de julio se recibieron 2,8 millones de solicitudes de retiro, de los cuales se pagó el 90%, unos US$ 18 mil millones.
El monto promedio de las transferencias ha sido de US$ 5.494.
En Australia existen más de 300 administradoras de fondos, pero las diez principales gestionan el 80% de los activos. Una de ellas es Australian Super, con más de US$ 128 mil millones en activos y 2,2 millones de miembros.
Durante la crisis, ha liberado casi US$ 2,85 mil millones a 500 mil cotizantes, pero no sin antes advertirles de las secuelas. “Instamos a los miembros a tomarse un momento para considerar todas sus opciones, incluido qué otros soportes pueden estar disponibles”, explica Stephen McMahon, del fondo.
Un estudio de Industry Super Australia reveló que para al 1 de julio ya eran 480 mil las personas que habían vaciado sus cuentas, siendo 400 mil menores de 35 años. Casi dos semanas después, eran 560 mil y de la misma edad.
“Una persona de 25 años que retire la oferta total de US$ 14.000 podría perder alrededor de US$ 70 mil de su jubilación”, precisa Dean. “Existe el temor de que este esquema deje a una futura generación de australianos más dependientes de los apoyos del gobierno después de retirarse”, dice.
También advierte, según sus cifras, que hasta un millón de personas sin los requisitos adecuados podrían acceder al beneficio por fallas administrativas.
A medida que la Oficina de Impuestos audita las solicitudes, “cada vez hay más informes de que este dinero se gasta en artículos altamente discrecionales como cirugía estética, juegos de azar, renovaciones del hogar, línea blanca”, señala. “Esto va en contra de la intención política del esquema”, critica.
Previo al retiro, el Tesoro australiano estimaba que, en los cinco meses extraordinarios, 1,3 millones de personas sacarían US$ 19 mil millones de los fondos, pero la industria prevía US$ 31 mil millones, casi la mitad de las contribuciones anuales al sistema.
Según Industry Super, los retiros ya sumarían US$ 22 mil millones faltando dos meses para que venza el plazo.
¿Y luego de la crisis?
Los fondos, sin embargo, habrían logrado responder a la contingencia. “Incluso con la volatilidad en los mercados locales e internacionales, algunos de nuestros superfondos han podido registrar pequeños rendimientos anuales positivos, o rendimientos negativos inferiores al 2%”, señala Dean.
En particular, AustralianSuper ha registrado un rendimiento positivo para la “opción equilibrada”, destaca McMahon, donde se invierte la mayor parte del dinero de los miembros.
Pero si bien el ejecutivo de Industry Super considera que el sistema australiano es “robusto” y actúa como “amortiguador” para los mercados locales”, admite que en la industria crece la inquietud por su funcionamiento.
“Existe la preocupación de que el legado de este esquema podría ser millones de australianos más dependientes de los apoyos del gobierno en la jubilación”, afirma. Para “garantizar que esta tragedia no ocurra”, plantea que el gobierno puede, por ejemplo, apegarse a la legislación que elevará la cantidad de pagos obligatorios a los trabajadores a los fondos de pensiones de 9,5% a 12%. “Esto ayudará a reparar los ahorros de jubilación de aquellos que sacaron dinero”, afirma.