Automatización en Chile: ¿Cuál es la realidad que hoy vive cada sector?
Si bien los pronósticos de los expertos apuntan a un futuro con una fuerte pérdida de empleo en el país, hasta ahora la evidencia no acompaña los vaticinios. Todos los rubros tienen planes para incorporar la tecnología y refuerzan la capacitación, pero el número de los beneficiados dista mucho del universo potencial de trabajadores.
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El universo de Isaac Asimov y su poderosa Multivac, la súper computadora que en habilidades supera a los humanos, dejó de ser ciencia ficción.
En sesenta años el avance tecnológico fue más rápido de lo imaginado por el escritor, al punto que en 2015 la inteligencia artificial (AI) logró derrotar a un jugador de Go de carne y hueso, lo que se esperaba recién para 2027.
Esta revolución industrial 4.0 en marcha está dejando heridos y los pronósticos que existen asustan a cualquiera. Un estudio de McKinsey pronosticó que en Chile 3,2 millones de empleos podrían ser reemplazados por sistemas automatizados en las próximas dos a cuatro décadas.
¿Robocalipsis? En Icare, la economista jefa de Quiñenco, Andrea Tokman, planteó las luces y sombras de la digitalización. En el lado oscuro figura el reemplazo de mano de obra por la robótica, obsolescencia, cesantía crónica y pobreza. En el lado más alegre, tiempo liberado para pensar, para dar valor al trabajo y la creatividad.
Como sea, Tokman advirtió que en este nuevo escenario no está garantizado el empleo para todos y quienes más peligro corren son los trabajadores de alta rotación, los de menor calificación, los jóvenes, adultos mayores y las pequeñas y medianas empresas.
“Estamos en un país con el riesgo de automatización que es de los más altos de la OCDE. Eso quiere decir que el 65% de nuestros trabajos no van a existir cuando nuestros hijos estén en el mercado laboral, lo que hace muy difícil las decisiones que tenemos que tomar”, señaló.
El resultado de esta cuarta revolución industrial en el país, según la experta, dependerá de la estructura sectorial, pero también del tipo de trabajadores de los cuales se dispone (hoy el 21,7% de los adultos mayores dice que puede manejar adecuadamente un computador), de las funciones que realizan, de su productividad, de cuál es su costo relativo respecto a las máquinas que podrían reemplazarlos y de cuáles son las regulaciones que los protegen.
¿Cómo ven este cambio a nivel sectorial? Las experiencias son disímiles. Hasta ahora, la mayoría está aprovechando las ganancias en productividad que trae consigo las nuevas tecnologías y sus efectos en el empleo son aún incipientes.
Minería inteligente
El sector financiero y la minería llevan la delantera en la incorporación de tecnología. En el primero la irrupción de las fintech ha permitido la automatización del análisis de grandes cantidades de datos en información para la industria.
Mientras que muchos de los procesos mineros han evolucionado desde la operación manual a la tele operada y, posteriormente a la autónoma, con la incorporación de las tecnologías de la información, comunicación, automatización y robotización (Ticar). Esta transformación, precisa el gerente de Fundación Tecnológica de Sonami, Gonzalo Cid, ha permitido habilitar un modelo de operación integrado: la minería inteligente que ha mejorado la productividad y seguridad.
Esta mayor tecnologización en las operaciones mineras ha implicado, según Cid, "elevar las capacidades y competencias de los operadores, quienes han pasado de tener una interacción física con los equipos y procesos, a ejercer un control a distancia. Por lo tanto, más que una pérdida de empleos, se ha producido una readecuación de funciones y tareas".
No obstante, esta tendencia tecnológica implica "un gran desafío en el ámbito del capital humano, en particular en lo vinculado al desarrollo de las competencias y habilidades de la minería del siglo XXI", comenta el ejecutivo y añade que las instituciones deben orientar sus programas para fomentar nuevos perfiles de trabajadores, que sean capaces de operar las nuevas tecnologías y puedan adaptarse con rapidez a los cambios tecnológicos.
Para abordar esta temática la Sonami tiene en marcha su Hoja de Ruta Tecnológica de la Minería a 2035.
Tanto la minería como el sector financiero son los menos intensivos en mano de obra y sus fuentes de trabajo se han mantenido relativamente estables en la última década.
Brechas de capacitación en el agro
"La automatización es un tema que está ocurriendo delante de nuestras narices sin duda alguna", comenta el secretario general de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Juan Pablo Matte.
Las condiciones climáticas adversas, la sequía, han llevado a los privados a ser más eficientes con el uso de la tierra y de las aguas por lo que han ido automatizando los procesos.
"Se están censando las tierras, hay control a distancia y para todo esto vamos a necesitar personas que estén capacitadas en el uso de las máquinas, por eso hay que educar a los niños para que vayan conociendo esa tecnología y así contar con una mayor eficiencia del uso de recursos", añade.
No obstante la brecha hoy es enorme. El sector agrícola entrega empleo directo a 850 mil personas y en las corporaciones educacionales del sector que van desde Alto Hospicio hasta Coyhaique se están introduciendo a cerca de 11.500 niños en el uso de las nuevas tecnologías.
"Hoy con la migración ha habido un aumento de la oferta de trabajo en la agricultura, pero esa oferta no ha estado acompañada de productividad. Entonces, el agricultor está pensando en cómo hacer más eficientes los procesos, con maquinaria, tractores especializados, en equipos más sofisticados que avancen hacia la agricultura de precisión", acota.
Esta mayor tecnificación en el agro implicará un desafío para quienes estén menos calificados. "Es una señal de alerta para la población que debe capacitarse para tener mejores salarios y fuentes de trabajo permanente".
Industria a dos ritmos
En la industria hay dos visiones. El presidente de Asimet, Dante Arrigoni, advierte que la manufactura se ha quedado rezagada respecto a la automatización de los procesos en el mundo. Ello ha llevado a que en los últimos 22 años bajaran su participación en el PIB desde 15% a 10%, mientras que la tendencia internacional apunta a alcanzar un aporte de 20% al Producto a 2020.
Esta falta de competitividad se ha traducido en una pérdida de 250 mil puestos de trabajo en dos décadas.
"Los países con los cuales competimos (Ocde, Corea), están modernizando sus procesos, ellos están en la industria 4.0 y los nuestros van mucho más lento, lo que ha llevado al cierre de muchas empresas del sector", señala.
Entre las más emblemáticas menciona a Maersk, que a mediados de año anunció el cierre de operaciones con más de 1.200 trabajadores despedidos. "Cerró porque no tuvo el ecosistema 4.0 que necesitaba", sentencia.
Así, detalla, si en Alemania la industria 4.0 genera tres puestos de trabajo adicionales; 2,4 en Francia e Italia, aquí se cierran empresas.
Para Arrigoni es clave que se desarrolle una política de Estado que respalde el desarrollo industrial, pero advierte que desde el gobierno no hay intención de avanzar en ese camino, pues hasta en lo semántico hay diferencias. Mientras en el mundo se habla de la cuarta revolución industrial, aquí se cambia el apellido a tecnológica.
Desde la Sofofa la sensación es distinta. Señalan que los impactos más relevantes de la AI y la automatización se observan en el crecimiento de la productividad y la reconversión de las actividades laborales.
"Más que una pérdida neta de empleos se observa una mayor especialización de los puestos de trabajo existentes y un aumento de su eficacia", precisan y agregan que la automatización no necesariamente implica reemplazar puestos de trabajo, sino que muchas veces opera como complemento a tareas específicas dentro de estos mismos puestos de trabajo.
Y aunque el estudio de McKinsey proyecta una pérdida eventual de 600 mil empleos en la industria manufacturera en los próximos 20-40 años, en el gremio industrial consideran que "aún es muy pronto para tener una mayor certeza respecto del impacto de la automatización en el empleo, tanto en el reemplazo de los puestos de trabajo como en la creación de nuevos".
De momento, el gremio se ha enfocado en fortalecer la educación técnico-profesional orientada al uso de las nuevas tecnologías y han desarrollado alianzas estratégicas público-privadas.
Comercio en adaptación
La AI está presente en distintas áreas e intensidades en comercios medianos y grandes, siendo el área logística la que se ha beneficiado a la fecha en forma más significativa de herramientas de automatización. También se ha implementado en modelos de predicción de demanda y gestión de crédito.
Mientras el estudio de McKinsey prevé que el 51% del empleo podría ser reemplazado por máquinas en el retail, el gerente de estudios de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), George Lever, afirma que por ahora los impactos de este cambio tecnológico no son relevantes. "Es probable que la desaceleración en el despliegue de tiendas físicas, debido a la mayor dinámica de inversiones en logísticas e-commerce, haya desacelerado también la creación de puestos de trabajo asociados a este tipo de canal, pero en general no se aprecia aún una pérdida significativa de trabajos desplazados por la tecnología y la automatización. Tal vez es más evidente el cambio de perfil y calificación que han experimentado algunos puestos, como los relacionados a logística", afirma.
Con las ventas por internet han surgido nuevos tipos de ocupaciones, más asimilables a empresas de alta tecnología, como fuerza de trabajo vinculada al comercio electrónico, marketing digital, analítica de datos y administración de logística moderna.
Construcción intensiva en mano de obra
En el rubro de la construcción si bien se ha comenzado a adoptar una mayor industrialización, especialmente en lo que se refiere a prefabricación, sigue siendo muy intensivo en el uso de mano de obra.
"Nuestro gran desafío como gremio es enfocarnos en tecnología, innovación y capital humano, pilares de nuestra visión de futuro y que apuntan a aumentar la productividad en la industria de la construcción", indican.
En esa línea acotan que los cambios aún son muy incipientes como para constar algún efecto en el empleo.
Para afrontar los cambios tecnológicos crearon el Consejo Directivo de Productividad, Innovación y Tecnología. Existe un trabajo de la Comisión de Asuntos Internacionales con las Corporaciones de Desarrollo Tecnológico (CDT), OTIC y la Corporación Educacional de la Construcción, donde promueven la incorporación de las últimas tecnologías e innovaciones en procesos constructivos.