Termas Trancura abre sus puertas con estricto protocolo de limpieza de piscinas

Ir de paseo o salir de la ciudad son actividades que quedaron fuera de todo panorama, debido a la pandemia de coronavirus y el llamado de las autoridades a permanecer en casa. Esto ha impactado fuertemente al turismo nacional, y así lo ha sentido Pucón, el principal centro del turismo aventura en Chile.

"El pueblo está vacío", dice Manuel Mera, dueño de Turismo Trancura, empresa que ofrece servicios de canopy, rafting, cabalgatas y paintball, además de piscinas y masajes en Termas Trancura. Lo que se ve hoy es una fotografía muy distinta a la que dejó el verano, dice el empresario, que comenzó a desarrollar el turismo en la zona en 1981.

Cuenta que gracias a los meses entre diciembre y febrero "aguantamos el chaparrón y la pandemia nos pilló en buena hora". Sin embargo, a la fecha, confiesa que nunca quiso sacar la cuenta de lo que significó cerrar totalmente su negocio a partir del 11 de marzo.

"Tomé la decisión de cerrar antes porque se estaba poniendo muy complicado, sobre todo porque estaban llegando personas del extranjero que venían infectados. Estábamos muy expuestos al trato directo con este tipo de turistas, en todas las actividades que realizamos. Así que cerré todo: las termas, las dos oficinas que tenemos en el centro y todas las actividades. Pero nunca quise sacar la cuenta de lo que significaba eso...", asegura.

No obstante, con el tímido paso hacia el desconfinamiento, Mera apostó por abrir las piscinas de las Termas Trancura la semana pasada. Eso sí, con estrictas medidas sanitarias.

El complejo, ubicado a 26 kilómetros hacia Curarrehue, cuenta con 18 piscinas termales, pero actualmente están funcionando 12: seis techadas y seis en el exterior. El empresario detalla que "si viene una pareja o un grupo familiar -de hasta ocho personas-, asignamos una piscina exclusiva para ellos y no pueden usar otra. Ahí pueden estar hasta dos horas y media máximo. Una vez que se van, se bota el agua de la piscina, se sanitiza con cloro y luego se vuelve a llenar. El agua viene directa de pozo, por lo que demora una hora en llenar y ahí está lista para recibir a nuevas personas". 

Agrega que también adoptaron medidas especiales para el uso de camarines, con marcas en el suelo para mantener la distancia física de dos metros. Todo esto, sumado a la implementación de pediluvios, uso de alcohol gel, la obligación de usar mascarilla y la toma de temperatura y datos personales de quienes asistan al lugar.

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"Con medidas y cuidados, no es mala la reapertura"

Durante los casi cinco meses que estuvieron cerrados, Mera dice que se dedicó a realizar reparaciones y a "poner más bonito todo para recibir a los turistas". Esto, con la ayuda de algunos de sus trabajadores, ya que debió acogerse a la ley de protección del empleo con una fracción de ellos.

El empresario explica que antes de la pandemia tenía 30 trabajadores fijos, de ellos 12 quedaron con suspensión de contrato.  Además, dice que tuvo que pedir un crédito Covid-19 a través del Fondo de Garantía para Pequeños Empresarios (Fogape). Obtuvo un monto de $ 80 millones, lo que equivale a "casi un mes" de ventas.

Pero, a pesar del impacto de la crisis, Mera se mantiene optimista, aunque sabe que "es difícil que llegue gente al 25%" permitido. "Es como que estuviéramos empezando todo de nuevo, como si estuviésemos estrenando el negocio... Pero, como se están haciendo las cosas, con medidas y cuidados, no es mala la reapertura. De a poco la gente va captando cómo se está atendiendo a los turistas y ellos mismos se tienen que acomodar a lo que les exige cada negocio". 

Agrega que, al menos Turismo Trancura, se mantendrá como hasta ahora -con estrictas medidas en las piscinas de las Termas y con todas sus otras áreas de turismo aventura cerradas- "hasta que salga la vacuna. No creo que volvamos antes a la normalidad (...) Nosotros aquí en Pucón dependemos del turismo y tenemos que cuidarlo. Tenemos que salir a flote lo antes posible".