Los lucrativos ingresos secundarios en Hollywood
Las celebridades firman contratos por hasta cuatro eventos para usar joyas o diseños de autor.
- T+
- T-
Por Luciene Greene
La última entrega de los premios Oscar será recordada por muchas cosas, incluyendo el triunfo de una película muda y el regreso de Billy Crystal como anfitrión tras la renuncia de Eddie Murphy. Pero lo más notable, fueron los trajes. Cómo se deciden los artistas a usar sus trajes, joyerías y accesorios –o lo que les pagaron para hacerlo- sigue siendo un secreto.
“La cultura de pagar para que usen marcas y productos ha evolucionado enormemente. Algunas actrices firman contratos por hasta cuatro eventos para usar diseños de autor, con grandes beneficios y mucho dinero”, dice una fuente de Hollywood. “Todos tienen un rol: los agentes, los estilistas; todos ganan en esta relación”.
“Pero las estrellas no hablarán de dinero”, advierte Simon Astaire, un ex corredor de relaciones entre celebridades y marcas (notablemente entre Bulgari y la actriz Charlize Theron, y Armani con Lady Helen Taylor). “No quieren que nadie sepa cuánto les pagan”.
No obstante, información sobre pagos por publicidad de productos han aparecido en la prensa. El año pasado el diario US Weekly informó que la anfitriona de los Oscar, Anne Hathaway, recibió US$ 750.000 por usar joyas de Tiffany & Co. en la ceremonia. La misma nota dice que a Gwyneth Paltrow le pagaron
US$ 500.000 por usar joyas Louis Vuitton durante la presentación en vivo de “Coming Home” esa noche.
En 2010, el blog de moda Fashionista.com dio a conocer una lista de pagos a celebridades que asistieron a desfiles de moda (generalmente vestidas con ropa de los mismos diseñadores), obtenida de fuentes anónimas de la industria. Las cifras iban de los US$ 100.000 para Rihanna a los US$ 80.000 para Beyoncé y $60.000 para Julianne Moore.
Cifras exorbitantes
Sin embargo, la mayor revelación sobre esta tendencia de pagar-para-vestir tuvo lugar en 2008. Los lucrativos ingresos secundarios de Charlize Theron quedaron al descubierto cuando el relojero Raymond Weil la demandó –y a su productora cinematográfica Denver Delilah Films- por US$ 3 millones más daños después de que Theron usara un reloj Christian Dior en público en el Festival South by Southwest en Texas, en el mismo período en que ella había sido contratada para ser el rostro de Raymond Weil.
El caso se solucionó a puertas cerradas, pero lo que surgió del fallo público de la corte fueron los detalles de los ingresos secundarios de Theron. Se supo, por ejemplo, que recibiría US$ 50.000 por usar al menos dos piezas de joyería Chopard en los Premios Bafta 2006 en Londres, y otros
US$ 200.000 por llevar joyas de la firma en la entrega de los Oscar.
En el otoño (boreal) de 2006, Montblanc acordó pagar a una institución de beneficencia US$ 250.000 para que Theron modelara uno de sus collares de plata en una campaña de publicidad.
Ese mismo año usó joyas Cartier para los Globos de Oro y, aunque no le pagaron por ello, el fallo informó que un empleado de Cartier testificó que Theron había recibido anteriormente US$ 35.000 por usar un anillo de la firma de lujo, US$ 7.500 por un brazalete y US$ 8.000 por un par de aros como “una muestra de aprecio” de la compañía.
“Todo el mundo en Estados Unidos sabe que gastas US$ 1 millón por minuto en el Super Bowl porque es el lugar donde hay que estar”, dice Astaire. “Pasa lo mismo con la alfombra roja”.