Internacional
Argentina toma control de 51% de YPF y expulsa a ejecutivos españoles de las oficinas
El gobierno trasandino envió un proyecto de ley para tomar la conducción de la empresa, declarando de interés público la explotación de hidrocarburos y que contempla la remoción de los actuales directores y de los síndicos, titulares y suplentes.
Por: | Publicado: Martes 17 de abril de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Leonardo Ruiz Pereira
Argentina tomó control de YPF, la petrolera más grande de ese país, expulsando a la empresa controladora, la española Repsol, tras una disputa por la caída en la producción y las inversiones de la petrolera, anunció la presidenta Cristina Fernández. La mandataria también hizo una advertencia a todas las empresas extranjeras que operan en el país llamándolas a reinvertir las utilidades en sus operaciones locales.
El gobierno trasandino envió un proyecto de ley para tomar 51% de la participación de la empresa, declarando de interés público la explotación de hidrocarburos y que contemplaba la remoción de los actuales de los directores y de los síndicos, titulares y suplentes, de la petrolera. Acto seguido, Argentina tomó inmediatamente control de la administración de YPF, reemplazando al director ejecutivo, Sebastian Eskenazi, con el ministro de Planificación, Julio De Vido.
El vice ministro de Economía, Axel Kicillof, ayudará a De Vido a manejar a la empresa.
“Del paquete de 51% que pasa a manos públicas, un 51% del mismo estará controlado por el gobierno federal y el 49% restante se distribuirá entre las provincias integrantes de la asociación de estados productores de hidrocarburos”, dijo Fernández desde Buenos Aires, argumentando que tras la “desnacionalización” de YPF en 1998, el país se ha convertido en importador neto de gas y petróleo.
La expropiación ocurre tras meses de una creciente presión sobre la petrolera.
En 2011 las importaciones de combustible en Argentina se duplicaron a US$ 9.400 millones y el país buscó bloquear los dividendos de YPF, respaldando a los gobiernos provinciales en su decisión de revocar 15 licencias de campos petroleros. Fernández ya había tomado control de Aerolineas Argentinas y de un fondo de pensiones de US$ 24.000 millones.
“Quiero que esto se convierta en una política de estado’”, aseguró la presidenta, aclarando que YPF seguirá funcionando como “sociedad anónima abierta” y remarcó que la expropiación se realiza bajo el justificativo de “interés público” de la riqueza hidrocarburífera del territorio nacional.
La presidenta defendió la medida, diciendo “no estar inventando nada” y enumerando los modelos de otros países como Arabia Saudita, Rusia, China, Venezuela, México, Brasil y otros, donde el Estado posee un porcentaje importante en la industria petrolera.
La petrolera Repsol dijo que la decisión del gobierno argentino de expropiar YPF es “manifiestamente ilícita y gravemente discriminatoria”, y que la empresa llevará a cabo todas las acciones legales oportunas. En un comunicado, Repsol añadió que se reserva todos los derechos y acciones “conforme al derecho argentino, la normativa de valores de los mercados en que YPF cotiza y el derecho internacional, incluyendo el tratado de protección de inversiones Argentina-España”.
Los ADR de YPF cayeron 11% a US$ 19,50 antes de ser paralizados en Nueva York. Antes, bajaron hasta 21% a US$ 17,41. En Buenos Aires los títulos caían 2,43% antes de ser suspendidos.
Control de las oficinas
Las circunstancias en las que las autoridades locales tomaron el control de la sede de la compañía no están del todo claras. La prensa argentina indicó que los directivos españoles se retiraron sin objeciones del edificio y que ya habían recibido un llamado telefónico para que lo hicieran. Sin embargo, el gobierno de Mariano Rajoy dio a entender que había sido poco amable. El periódico El País citó al ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, señalando que su país planificaba represalias y se mostró escandalizado de que los directivos de Repsol hayan sido desalojados “manu militari” del lugar, “algo que no vio en su vida”.
Aún no se revela formalmente cómo se repartirá el impacto de la expropiación entre los actuales accionistas de YPF y el precio final de la expropiación lo fijará el Tribunal argentino de Tasaciones. “La historia se va contar dependiendo de cuánto se le pague a Repsol por las acciones que le quitaron, un número que no saldrá sino en meses”, dijo a DF el economista de Econométrica, Ramiro Castiñeira.
Repsol necesitaría que Fernández valore a YPF en 8.200 millones de euros para evitar pérdidas.
Argentina tomó control de YPF, la petrolera más grande de ese país, expulsando a la empresa controladora, la española Repsol, tras una disputa por la caída en la producción y las inversiones de la petrolera, anunció la presidenta Cristina Fernández. La mandataria también hizo una advertencia a todas las empresas extranjeras que operan en el país llamándolas a reinvertir las utilidades en sus operaciones locales.
El gobierno trasandino envió un proyecto de ley para tomar 51% de la participación de la empresa, declarando de interés público la explotación de hidrocarburos y que contemplaba la remoción de los actuales de los directores y de los síndicos, titulares y suplentes, de la petrolera. Acto seguido, Argentina tomó inmediatamente control de la administración de YPF, reemplazando al director ejecutivo, Sebastian Eskenazi, con el ministro de Planificación, Julio De Vido.
El vice ministro de Economía, Axel Kicillof, ayudará a De Vido a manejar a la empresa.
“Del paquete de 51% que pasa a manos públicas, un 51% del mismo estará controlado por el gobierno federal y el 49% restante se distribuirá entre las provincias integrantes de la asociación de estados productores de hidrocarburos”, dijo Fernández desde Buenos Aires, argumentando que tras la “desnacionalización” de YPF en 1998, el país se ha convertido en importador neto de gas y petróleo.
La expropiación ocurre tras meses de una creciente presión sobre la petrolera.
En 2011 las importaciones de combustible en Argentina se duplicaron a US$ 9.400 millones y el país buscó bloquear los dividendos de YPF, respaldando a los gobiernos provinciales en su decisión de revocar 15 licencias de campos petroleros. Fernández ya había tomado control de Aerolineas Argentinas y de un fondo de pensiones de US$ 24.000 millones.
“Quiero que esto se convierta en una política de estado’”, aseguró la presidenta, aclarando que YPF seguirá funcionando como “sociedad anónima abierta” y remarcó que la expropiación se realiza bajo el justificativo de “interés público” de la riqueza hidrocarburífera del territorio nacional.
La presidenta defendió la medida, diciendo “no estar inventando nada” y enumerando los modelos de otros países como Arabia Saudita, Rusia, China, Venezuela, México, Brasil y otros, donde el Estado posee un porcentaje importante en la industria petrolera.
La petrolera Repsol dijo que la decisión del gobierno argentino de expropiar YPF es “manifiestamente ilícita y gravemente discriminatoria”, y que la empresa llevará a cabo todas las acciones legales oportunas. En un comunicado, Repsol añadió que se reserva todos los derechos y acciones “conforme al derecho argentino, la normativa de valores de los mercados en que YPF cotiza y el derecho internacional, incluyendo el tratado de protección de inversiones Argentina-España”.
Los ADR de YPF cayeron 11% a US$ 19,50 antes de ser paralizados en Nueva York. Antes, bajaron hasta 21% a US$ 17,41. En Buenos Aires los títulos caían 2,43% antes de ser suspendidos.
Control de las oficinas
Las circunstancias en las que las autoridades locales tomaron el control de la sede de la compañía no están del todo claras. La prensa argentina indicó que los directivos españoles se retiraron sin objeciones del edificio y que ya habían recibido un llamado telefónico para que lo hicieran. Sin embargo, el gobierno de Mariano Rajoy dio a entender que había sido poco amable. El periódico El País citó al ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, señalando que su país planificaba represalias y se mostró escandalizado de que los directivos de Repsol hayan sido desalojados “manu militari” del lugar, “algo que no vio en su vida”.
Aún no se revela formalmente cómo se repartirá el impacto de la expropiación entre los actuales accionistas de YPF y el precio final de la expropiación lo fijará el Tribunal argentino de Tasaciones. “La historia se va contar dependiendo de cuánto se le pague a Repsol por las acciones que le quitaron, un número que no saldrá sino en meses”, dijo a DF el economista de Econométrica, Ramiro Castiñeira.
Repsol necesitaría que Fernández valore a YPF en 8.200 millones de euros para evitar pérdidas.