Trump justifica decreto migratorio y niega discriminación contra la religión musulmana

Tras un fin de semana de agitadas protestas y condenas dentro y fuera del país, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, salió al paso ayer de las críticas en contra de su controvertido decreto migratorio, con el que suspende temporalmente la entrada a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, asegurando que los problemas que se vivieron en los aeropuertos se debieron a fallas de la aerolínea Delta y a los manifestantes.

“Sólo 109 de 325 mil personas fueron detenidas e interrogadas. Los grandes problemas en los aeropuertos fueron causados por un apagón informático en Delta” y por “los manifestantes” afirmó en Twitter, donde agregó que el secretario de Seguridad Nacional John “Kelly dijo que todo va bien, con muy pocos problemas”.

Además, justificó lo sorpresivo de su medida argumentando que “si las prohibiciones se hubieran realizado con un aviso de una semana, los ‘malos’ se habrían apresurado a entrar al país en ese período”.

El republicano comparó su orden con una emitida por su antecesor, Barack Obama, y aseguró que la decisión no guarda relación con la religión. “Esto no es sobre religión, es sobre terrorismo y mantener a nuestro país seguro”, dijo. “Hay más de 40 países de mayoría musulmana en el mundo que no están afectados por la orden”, explicó.

Horas antes, en un intento por aplacar tensiones, el Departamento de Seguridad Nacional aclaró que no se verían afectados quienes tengan residencia permanente o “green card”.

Batalla legal

La caída de los sistemas de Delta se produjo la noche del domingo, 48 horas después de la firma del documento que generó protestas y caos en diversos aeropuertos del mundo. Para ayer, la aerolínea reportaba normalidad en las operaciones luego de solucionar los problemas técnicos que, por segunda vez en seis meses, afectan su desempeño.

Los argumentos y aclaraciones del gobierno no evitaron que Washington se convirtiera ayer en el primer Estado en demandar a la nueva administración por considerar ilegal el decreto. Y esta no es la única batalla legal a la que se enfrenta Trump. Hoy en la noche el jefe de Estado revelará su nominado para la Corte Suprema que debe ser confirmado por el senado, donde se espera que encontrará una fuerte resistencia demócrata.

Medida ilegal

A través de Twitter, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Ra’ad Zeid al Hussein, calificó la acción de Trump como “ilegal”. “La prohibición es también mezquina y desperdicia recursos necesarios para una adecuada lucha antiterrorista”, añadió.

En tanto, China –que ha estado en confrontación recientemente con EEUU– reconoció que la política migratoria es un derecho soberano, pero consideró que deben evaluarse lo que calificó como “preocupaciones razonables” respecto de la medida.

No es bienvenido

El descontento también se sintió en Reino Unido, donde casi un millón de personas había firmado ayer una petición al gobierno para que retire la invitación a Trump.

Cuando una solicitud supera las 100.000 firmas, los parlamentarios deben considerarla para debatirla. Los legisladores han criticado la iniciativa del republicano y el líder opositor, Jeremy Corbyn, afirmó que el viaje debía suspenderse.

Empresas lanzan ofensiva y ven amenaza a fuerza laboral

Una serie de grandes empresas se sumaron ayer a las críticas en contra de la medida de Donald Trump de suspender el ingreso de ciudadanos desde siete países de mayoría musulmana.

Tras la primera reacción el fin de semana de las tecnológicas Apple, Facebook y Google, los directores ejecutivos de otras industrias, desde la financiera hasta la automotriz, se lanzaron en contra de la medida.
Starbucks anunció que tiene planificado contratar más de 10.000 refugiados en los próximos cinco años en 75 países, comenzando por EEUU. Su CEO, Howard Schultz, prometió a sus empleados que hará todo lo posible por apoyarlos si son afectados por esta u otras medidas, como la anulación del programa de salud Obamacare.

En tanto, Ford, la segunda automotriz más grande del país, rechazó el polémico veto y afirmó que tiene la intención de promover los valores del "respeto e inclusión" en su compañía. Esta sería la primera vez que emite un comentario contrario al presidente luego de que le mostrara su apoyo la semana pasada en una reunión con las principales empresas del sector.

Por su parte Lloyd Blankfein, director ejecutivo de Goldman Sachs, apuntó a que la orden de Trump "no es una política que apoyamos". Advirtiendo sobre posibles perjuicios para el banco, Blankfein dijo que trabajarán para ayudar a todos los afectados. "La diversidad no es opcional. Es lo que debemos ser", dijo.

En la misma línea se expresó Jeff Immelt, CEO de General Electric, quien escribió en un email interno que "tienen muchos empleados de los países que aparecen en la lista" que son "esenciales para nuestro éxito, y son nuestros amigos y socios".

Sugerencias en Twitter

Por su parte, el fundador de Tesla, Elon Musk, pidió ayer a sus 6,9 millones de seguidores en Twitter sugerencias sobre los posibles cambios que harían a la orden de limitar la inmigración.

Musk, quien forma parte del Foro Estratégico y de Políticas de Trump, envió un mensaje en la red social diciendo que quería propuestas sobre "enmiendas específicas" y que "buscaría el consenso del consejo consultivo para presentarlo al presidente".

Durante el fin de semana, el multimillonario había criticado la orden. "Muchas personas serán afectadas y muchas son fuertes partidarias de EEUU", escribió. "Han hecho bien, no mal y no merecen ser rechazadas", apuntó.

Los líderes de Uber, Netflix y Snapchat también consideraron que esta no es la mejor manera de abordar los desafíos.

Mandatario firma decreto para reducir regulaciones de agencias federales de EEUU

La polémica migratoria no evitó que Donald Trump continuara ayer sorprendiendo con nuevas medidas. El nuevo presidente de EEUU firmó una orden ejecutiva para reducir radicalmente las regulaciones federales, ordenando a las agencias gubernamentales que por cada nueva norma que implementen deben dar de baja dos ya existentes. "Esta será la medida de mayor alcance vista en nuestro país. Habrá regulaciones, habrá control, pero éste será normalizado", dijo Trump al firmar el decreto, rodeado por un grupo de pequeños empresarios en el Salón Oval.

La medida allanará el camino para que la Casa Blanca establezca un límite anual a los costos de nuevas normas, según explicó un alto funcionario del gobierno. Para lo que resta del año fiscal 2017, el límite sobre nuevas regulaciones será de US$ 0, dijo el funcionario.

La medida no se aplica a las funciones militares, de seguridad nacional y de asuntos exteriores.
Esta es otra de las promesas de campaña de Trump quien aseguró que las normas constituyen una carga para las compañías estadounidenses.

Además reiteró su determinación de eliminar la reforma bancaria Dodd-Frank de 2010 a la que acusa de dificultar el acceso de las empresas al crédito.

El jefe de Estado calificó dicha normativa como "un desastre" que ha hecho "casi imposible ahora iniciar un pequeño negocio y virtualmente imposible expandir los ya existentes".

Acuerdo con Lockheed

Trump también anunció ayer que, gracias a su intermediación, se logró recortar en US$ 600 millones el último acuerdo para adquirir cerca de 90 aviones de combate F-35, fabricados por Lockheed Martin, una firma a la que el presidente había criticado por sus altos costos.

Con la rebaja, se espera que el contrato esté alrededor de los US$ 9.000 millones, con el precio por unidad cayendo a cerca de US$ 100 millones.

Aunque el jefe de Estado se atribuyó el logro, los especialistas del sector apuntan a que la reducción de costos ya estaba prevista por la firma, que habría anunciado un recorte de entre 6% y 7% para este lote de contratación.

EEUU tiene previsto destinar

US$ 391.000 millones durante quince años para comprar 2.443 unidades F-35, que están siendo construidas en diferentes versiones para la Fuerza Aérea, la Marina y los Marines.

coordinan cita putin-trump

Rusia adelantó que su Ejecutivo está trabajando junto a EEUU para concretar una reunión entre los jefes de Estado de ambas naciones –Vladimir Putin y Donald Trump– antes de que se celebre la cumbre del G20 a principios de julio, aunque aclaró que aún es muy pronto para referirse a posibles acuerdos con Washington respecto de las sanciones que pesan sobre Moscú. Putin y Trump conversaron por teléfono el sábado y el portavoz del Kremlin dijo que el diálogo había sido positivo.

México no descarta reunión

México anunció ayer que continuará con las negociaciones bilaterales sobre comercio, migración y seguridad con EEUU, por lo que los equipos de ambas naciones podrían reunirse en los próximos días.
El secretario de Exteriores de la nación azteca, Luis Videgaray, explicó que los contactos "por ahora" son telefónicos y no descartó un posible encuentro; sin embargo, no habría fecha tentativa. "El acuerdo fue que estaríamos volviendo a hablar esta misma semana, para seguir con los trabajos", dijo.