¿Puede el FMI salvar a Argentina? Analistas lo dudan
Aunque los fondos de reserva se convirtieron en una medida de resistencia a la crisis, también importan los déficit de cuenta corriente y la inflación.
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Desde que Tailandia inició la crisis financiera asiática al quemar sus reservas en moneda extranjera, esas reservas han servido como índice de resiliencia cuando aparecen turbulencias. Esta vez, sin embargo, la medición se tambalea.
Sin duda hay correlación entre las tenencias relativamente bajas de Argentina y Turquía y la declinación de sus activos. Pero India tiene el tipo de cambio de peor desempeño de Asia en lo que va del año y tiene el doble del ratio de "adecuación" de reservas que establece el Fondo Monetario Internacional. La moneda de mejor desempeño de Asia después del yen -que sirve de refugio- es el ringgit, pese a que las reservas de Malasia están casi tan por debajo de la media como las de Argentina en el cálculo del FMI.
La discrepancia respalda la idea de que los inversionistas podrían estar haciendo esta vez una evaluación mucho más minuciosa en tanto reconsideran su interés por valores de mayor riesgo. La adecuación de las reservas de divisas podrían indicar algo diferente de una trayectoria –como en Malasia- de credibilidad en lo relativo a reducir la inflación y sostener el crecimiento económico.
"Es un error extrapolar los problemas de Argentina y Turquía a otros mercados emergentes, ya que sus bases son más extraordinarias y constituyen una excepción al progreso que se ha hecho en grandes partes de la clase de activos", escribieron el 7 de mayo estrategas de Morgan Stanley, entre ellos James Lord. "Los niveles actuales representan una oportunidad táctica de incorporar riesgo".
Una apuesta de Morgan Stanley es posicionarse en largo en el rand sudafricano contra el euro a pesar de que el país tiene una adecuación de reservas peor que la de Argentina, al menos antes de que Argentina buscara el apoyo de una línea de crédito del FMI.
El cambio en muchos mercados emergentes en las últimas semanas ha tomado a algunos por sorpresa luego de que tuvieran un desempeño superior al de los mercados desarrollados en el primer trimestre. El Índice MSCI de Monedas de Mercados Emergentes tuvo en abril su peor mes desde noviembre de 2016, en tanto el avance de los rendimientos de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos por fin impulsó el dólar. Una medición de bonos emergentes tuvo en lo que va del año el peor retorno desde 2004.
Los bancos centrales de economías en vías de desarrollo desde Argentina hasta Indonesia han intervenido en defensa de sus propias monedas, lo que ha deprimido las reservas que se encontraban en diferentes niveles de adecuación a la escala del FMI.
"Las economías con niveles insuficientes de reservas, fuerte endeudamiento externo y déficit de cuenta corriente son más vulnerables en un contexto de tasas de interés en alza", dijo Shigehisa Shiroki, gerente general de tesoro en Bangkok de Mizuho Bank Ltd. "Podrían tener que aceptar una moneda más débil, pero eso sería un problema porque acelera la inflación", agregó.
El mensaje de los diferentes desempeños entre los países en vías de desarrollo podría ser que los inversores tienen que hacer las tareas. Tanto las reservas como las cuentas corrientes, la inflación y los ritmos de crecimiento importan, sin hablar de los riesgos políticos.