Gigantes tecnológicas pierden US$ 720 mil millones en bolsa en casi dos meses
Durante muchos meses, los cinco primeros puestos de capitalización bursátil de Estados Unidos han estado copados por tecnológicas, pero la tendencia empieza a cambiar.
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El cambio de ciclo en Wall Street empezará por donde se inició la era expansiva más larga de la historia: el sector tecnológico.
Las empresas estrella de Silicon Valley, capitaneadas por Apple, Amazon, Facebook, Google y Netflix, han sido los artífices de un crecimiento sin precedentes en los mercados de Estados Unidos, que acumulan subidas casi ininterrumpidas desde marzo de 2009.
La pujanza de las tecnológicas, su fuerte ritmo de crecimiento, su elevada caja y su potencial de diversificación les convirtieron en las favoritas de los inversionistas, ocupando los primeros puestos entre las empresas más valiosas y desbancando a sectores tradicionales como el industrial o el financiero.
Durante muchos meses, los cinco primeros puestos entre las entidades con mayor capitalización bursátil de Estados Unidos han estado copados por tecnológicas, pero la tendencia empieza a cambiar. Los inversionistas se están mostrando suspicaces ante la capacidad de liderazgo del sector, arrastrando a sus principales compañías y, con ellas, a todo el mercado, dado el enorme peso que las tecnológicas suponen para Wall Street.
Desde el 1 de octubre, cuando las dudas se hicieron ya ineludibles, Apple, Amazon, Alphabet, Facebook y Netflix acumulan una pérdida de valor conjunto en Bolsa de US$ 722.000 millones de dólares. La cifra supera el billón de dólares si se compara con los máximos registrados entre agosto y septiembre.
Apple concentra la mayor parte de los miedos del mercado. La compañía cerró el pasado septiembre el mejor ejercicio de su historia, pero se mostró muy prudente con los ingresos previstos en el trimestre actual, en teoría el de mayores ventas gracias al tirón consumista de la temporada navideña. Al tiempo, muchos de sus proveedores rebajaron la estimación de resultados ante la caída de pedidos por parte de su principal contratista.Las alarmas rodearon entonces al iPhone, cuya saturación comienza a ser una realidad determinante para el futuro del Apple, que aún depende en un 60% de su teléfono estrella, pese al esfuerzo por crecer en el mercado de servicios.