Apoyo republicano a Trump empieza a agrietarse y riesgo de un impeachment sacude a los mercados globales
Departamento de Justicia de EEUU nombró a un investigador especial por los vínculos del presidente con Rusia. El propio Vladimir Putin salió en su defensa.
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“Miren la forma en que me han tratado últimamente, especialmente los medios”, protestó ayer el presidente de EEUU, Donald Trump. “Ningún político en la historia, y digo esto con total seguridad, ha sido tratado peor o más injustamente”.
Sus quejas llegaron en medio de la crisis más profunda en los apenas 120 días de su administración. Tras el intempestivo despido del director del FBI, James Comey, y la revelación de que el mandatario le había pedido frenar una investigación sobre los vínculos de su campaña con Rusia, más republicanos expresaron su apoyo a abrir indagatorias sobre el tema. Algunos, incluso, abrieron la puerta a impugnar al presidente, mientras la directiva del partido oficialista intentaba contener una eventual rebelión.
El presidente de la cámara baja, Paul Ryan, reafirmó su confianza en Trump y manifestó que “es obvio que hay personas que quieren dañar al presidente”. Agregó que el oficialismo debe “ser responsable, sobrio y enfocarse sólo en recoger los hechos”.
La presión sobre la Casa Blanca alcanzó su máximo nivel luego de que los medios dieran a conocer la existencia de un memo en el que Comey aseguraba que Trump le pidió “abandonar” su investigación sobre la influencia rusa en su campaña. El posterior despido del funcionario podría constituir un intento de obstrucción a la justicia, el mismo cargo que llevó a la renuncia de Richard Nixon en 1974 y que ahora podría costarle la presidencia a Trump. La Casa Blanca ha negado que haya realizado esa petición.
Presión por indagatorias
El Departamento de Justicia cedió ayer a la presión política y nombró al exdirector del FBI, Robert Mueller, para investigar la relación entre Trump y el Kremlin.
En el congreso, voces republicanas se habían sumado a los cuestionamientos. “Esto ha levantado banderas rojas”, dijo a CNN el republicano Adam Kinzinger, miembro del Comité de Asuntos Exteriores de la cámara baja. “Si lo que dice ese memo (de Comey) es cierto, es muy preocupante y debemos llegar al fondo del asunto (...) Creo que es momento de una comisión independiente o un fiscal especial”.
En tanto, el representante Jason Chaffetz, también oficialista, solicitó formalmente al FBI que entregue todos los registros de cualquier tipo de comunicación entre Comey y Trump. “Necesito verlo más temprano que tarde. Tengo un lápiz listo para firmar las citaciones”.
En el senado, la republicana Lisa Murkowski señaló que apoyaría la designación de una comisión o un fiscal especial. “Los estadounidenses merecen saber la verdad” sobre “los continuos y muchas veces contradictorios reportes sobre el presidente Trump, el FBI y Rusia”, sentenció.
“Esquizofrenia política”
Las críticas hacia el presidente se incrementaron el lunes, cuando medios revelaron que, durante un encuentro con el jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, Trump dio a conocer información clasificada sobre operaciones de inteligencia en Medio Oriente.
Ayer, el propio presidente ruso Vladimir Putin intentó poner paños fríos al tema. “Me veré obligado a darle una reprimenda (a Lavrov) porque no compartió esos secretos con nosotros”, ironizó en una conferencia de prensa. “Ni conmigo, ni con los servicios de inteligencia de Rusia. Fue algo muy malo de su parte”.
El mandatario lamentó la “esquizofrenia política” en EEUU y dijo que su gobierno está dispuesto a entregar una transcripción del encuentro entre Trump y Lavrov al congreso estadounidense. Eso sí, se trataría de un registro escrito; según asesores del Kremlin, no hay audios de la reunión.
La oferta fue rápidamente rechazada en Washington. El senador republicano Marco Rubio aseguró que “no daría mucha credibilidad a los apuntes de Putin y si lo envía por correo, no haría click en el documento adjunto”. Por su parte, el representante demócrata Adam Schiff sostuvo que “la última persona cuyo apoyo necesita Trump ahora es Vladimir Putin”.
Llamados al impeachment
A medida que la presión crece, voces opositoras y oficialistas comienzan a hablar de una moción de impugnación. Ayer, el republicano Justin Amash se abrió a esa posibilidad. “Si las acusaciones son ciertas, sí. Pero cualquier persona en este país merece un juicio justo, incluido el presidente”.
Se trata del primer parlamentario oficialista que reconoce abiertamente la posibilidad de un impeachment. Cuestionado sobre si confiaba en Trump o en Comey, Amash señaló: “Creo que es muy claro que confío en el exdirector”.
Por su parte, el senador oficialista John McCain señaló que la situación “está llegando a un punto en que alcanza la escala de Watergate”, en referencia a los escándalos que terminaron con una moción de impeachment y renuncia de Nixon.
En el lado demócrata, Al Green, John Yarmuth y Mark Pocan se unieron ayer al llamado de Schiff a impugnar el mandato de Trump. Asimismo, el senador independiente Angus King señaló que, si se impulsa esa moción, “tendría que decir que sí”.
Un impeachment sólo sería posible si suficientes republicanos se vuelven en contra del presidente ya que se requiere de una mayoría simple en la cámara baja y dos tercios en el senado. La discusión retrasaría aún más la agenda de reformas del presidente.
Apostadores ven 60% de probabilidad de impugnación
Mientras las apuestas sobre temas políticos son ilegales en EEUU, en el Reino Unido aumenta el número de personas que está dispuesta a arriesgar dinero a un posible impeachment de Trump. El sitio de apuestas en internet británico Ladbrokes informó ayer que las posiciones de sus clientes sugieren un 55% de probabilidad de que el mandatario sea expulsado o renuncie antes de terminar su primer período. "Los apostadores políticos se preguntan cuántos escándalos más puede soportar Trump", dijo la vocera, Jessica Bridge.
En tanto, el rival Paddy Power daba a los apostadores probabilidades de tres a uno para una impugnación a Trump este año, mucho más ajustadas que las que había inmediatamente tras su victoria (16 a uno) o luego de su inauguración en enero (diez a uno).
El vocero, Lee Price, que más allá del impeachment, las apuestas de que Trump no terminará su primer período también han crecido. "Hemos hecho apuestas sobre impeachment con todos los últimos presidentes de EEUU, pero incluso en el punto más tenso del escándalo Lewinski, las apuestas de que Bill Clinton sería impugnado eran de seis a uno". Para Trump actualmente son de cuatro a seis, equivalente a 60%.
Dow Jones perdió más de 300 puntos y acciones europeas vivieron su peor jornada desde septiembre
¿Se acabó el rally de Trump? Desde hace semanas los analistas venían preguntándose hasta cuándo el mercado se mantendría inmune a las crecientes tensiones en Washington. Pero ayer la incertidumbre política en la capital estadounidense finalmente se filtró a los inversionistas globales.
En Nueva York, el S&P 500 retrocedió 1,8% a 2.57,25 puntos, su menor nivel desde el 9 de septiembre. Recién el martes, el índice había marcado un nuevo máximo histórico.
El índice industrial Dow Jones llegó a perder más de 370 puntos y registró su peor desempeño en ocho meses, mientras el Nasdaq cayó 2,6%, su mayor traspié desde el 24 de junio, cuando el Reino Unido votó a favor de salir de la Unión Europea. "A lo largo del día, se ha fortalecido la sensación de que la incertidumbre política probablemente se quede con nosotros por un período significativo", dijo el jefe de estrategia de Evercore, Dennis Debusschere, en declaraciones recogidas por Bloomberg. "Podríamos ver un trasfondo de mayor volatilidad con una tendencia a la baja del mercado durante los próximos meses".
El dólar también retrocedió hasta mínimos desde la victoria de Donald Trump en la elección presidencial de EEUU. El índice spot de Bloomberg cayó 0,5% frente a sus principales pares a su nivel más bajo desde el 8 de noviembre. En cambio, el yen anotó ayer un avance de 1,9%, a medida que los inversionistas buscaban refugio.
Frente a la incertidumbre política en Washington, el Índice de Volatilidad CBOE llegó a su mayor nivel desde el Brexit.
Europa vulnerable
Los mercados europeos no escaparon al remezón. El Stoxx Europe 600 cayó 1,2% a su menor nivel desde septiembre. El mismo índice había anotado un máximo de 21 meses hace pocas semanas, tras haber subido 21% desde noviembre, impulsado por las expectativas de mayor gasto fiscal en EEUU y una aceleración del crecimiento mundial. "El apetito por el riesgo recibió un golpe", escribieron los analistas de Accendo Markets Mike van Dulken y Henry Croft en un reporte a sus clientes. "Esto se suma a una nube cada vez más oscura de controversia y desorden que flota sobre la Casa Blanca. También refleja más dudas sobre la capacidad de la administración para cosechar apoyo republicano y más aún bipartidista para sus promesas (...) Los inversionistas se están volviendo cada vez más impacientes". En respuesta a la creciente incertidumbre, el rendimiento de los bonos del tesoro a diez años cayó a 2,22%, su mayor pérdida desde julio.