“Hay que ir con cuidado, la expansión del crédito al consumo ha sido muy intensa”
El explosivo crecimiento de la economía brasileña, el mayor de la región junto a Colombia, tiene su mayor debilidad en el alto nivel de crédito de los ciudadanos, que no se equipara con su nivel de ahorro.
Por: | Publicado: Jueves 24 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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Leonardo Ruiz Pereira
Alta inflación y una cuenta corriente que se empieza a desbordar, son los desequilibrios internos y externos que ya se sienten en la economía brasileña, producto de un crecimiento por encima de la tendencia de largo plazo, pronosticado a mantenerse alrededor de 4,5% del PIB este año. Sin embargo, el gerente de investigación económica para América Latina de Goldman Sachs, Alberto Ramos, afirma que el sistema financiero de Brasil tiene gran liquidez y que, desde un punto de vista sistémico, es muy pronto hablar de una crisis generada por el disparado aumento del crédito de los consumidores, aunque espera un crecimiento más controlado.
“El aumento del consumo sin un incremento significativo de la inversión, demuestra que la economía brasileña está generando presiones inflacionarias muy intensas. La economía se tiene que desacelerar”, dice Ramos y agrega que lo que ocurre con Brasil es que tiene hoy claramente una expansión muy significativa del crédito, particularmente por los bancos públicos, pero que también la política macro del país latinoamericano es bastante expansionista, sobre todo la política fiscal. Además, la brecha de PIB ya se cerró y el mercado del trabajo está muy ajustado con un nivel de desempleo muy bajo y salarios reales y empleo creciendo a un nivel alto. “Todo eso deja un marco macro bastante complicado”, señala.
- ¿Cuál es la situación actual del consumidor brasileño?
- En las familias que tienen una relación crediticia, el nivel de apalancamiento ha subido bastante. No a nivel agregado para la economía, porque la penetración del crédito aún sigue a 46% del PIB, que no es alto. Pero si se toma en consideración que existe crédito a muy corto plazo, con tasas de interés reales muy elevadas, el servicio de la deuda ya está pesando bastante con respecto a la renta disponible (que es baja), pero para aquellas familias que tienen relación de crédito, aún hay un universo muy amplio de gente que no tiene crédito. Hay que ir con cuidado, porque la expansión del crédito al consumo reciente ha sido muy intensa.
- ¿Por la demanda interna?
- El problema es ése, que la demanda ya está generando bastantes presiones inflacionarias, porque no se puede generar un boom de consumo sin inversión, porque llegas muy rápidamente a limitaciones de capacidad en que más estímulo te genera inflación y no crecimiento.
- ¿Y qué pasa con el ahorro?
- Ese es otro tema central. El nivel de ahorro es muy bajo en Brasil. La expansión económica está generando un desequilibrio creciente en la cuenta corriente. Si uno mira la necesidad de financiamiento a un año, sumando un déficit de cuenta corriente de más de US$ 70.000 millones más amortizaciones de corto y mediano plazo, se alcanzan necesidades externas de financiamiento de más de US$ 130.000 millones. Significa que a este nivel de crecimiento -con ahorro tan bajo-, se genera además del desequilibrio interno -que es la inflación-, un desequilibrio externo que es una cuenta corriente que se empieza a desbordar.
Los escenarios
- ¿Cuál es el peor escenario?
- Puede haber una inversión del ciclo económico: que la economía pare de crecer y, eventualmente se contraiga; que el desempleo aumente y que la capacidad de las familias que tomaron crédito, de continuar pagando la amortización de la deuda, se deteriore.
Lo segundo, es que el crecimiento fue bastante apalancado en consumo, que es algo que no es el ideal en términos de sustentabilidad del ciclo económico y en términos de generar crecimiento sin inflación.
- ¿Estamos ad portas de una crisis subprime?
- No, el sistema financiero es bastante sólido, muy bien provisionado, capitalizado, y líquido. Así que, desde el punto de vista sistémico, me parece que no estamos ahí, pero sí hay algunas familias que tienen bastante apalancamiento y eso me preocupa un poco.
- ¿Qué responsabilidad tiene el gobierno y qué debiera hacer?
- Esto es algo que viene del gobierno anterior y que se intensificó a fines de 2010. Dilma Rousseff tiene sólo dos meses en la presidencia para tener mayores responsabilidades. Pero se tiene que desacelerar la economía. El nivel de crecimiento está muy alto para el nivel de inversión que tiene la economía. Hay que subir tasas, bajar el gasto público, para controlar el crecimiento de la economía y para bajar la presión inflacionaria y anclar un poco la cuenta corriente y, también, mitigar las presiones intensas que tiene el real para apreciarse.
Alta inflación y una cuenta corriente que se empieza a desbordar, son los desequilibrios internos y externos que ya se sienten en la economía brasileña, producto de un crecimiento por encima de la tendencia de largo plazo, pronosticado a mantenerse alrededor de 4,5% del PIB este año. Sin embargo, el gerente de investigación económica para América Latina de Goldman Sachs, Alberto Ramos, afirma que el sistema financiero de Brasil tiene gran liquidez y que, desde un punto de vista sistémico, es muy pronto hablar de una crisis generada por el disparado aumento del crédito de los consumidores, aunque espera un crecimiento más controlado.
“El aumento del consumo sin un incremento significativo de la inversión, demuestra que la economía brasileña está generando presiones inflacionarias muy intensas. La economía se tiene que desacelerar”, dice Ramos y agrega que lo que ocurre con Brasil es que tiene hoy claramente una expansión muy significativa del crédito, particularmente por los bancos públicos, pero que también la política macro del país latinoamericano es bastante expansionista, sobre todo la política fiscal. Además, la brecha de PIB ya se cerró y el mercado del trabajo está muy ajustado con un nivel de desempleo muy bajo y salarios reales y empleo creciendo a un nivel alto. “Todo eso deja un marco macro bastante complicado”, señala.
- ¿Cuál es la situación actual del consumidor brasileño?
- En las familias que tienen una relación crediticia, el nivel de apalancamiento ha subido bastante. No a nivel agregado para la economía, porque la penetración del crédito aún sigue a 46% del PIB, que no es alto. Pero si se toma en consideración que existe crédito a muy corto plazo, con tasas de interés reales muy elevadas, el servicio de la deuda ya está pesando bastante con respecto a la renta disponible (que es baja), pero para aquellas familias que tienen relación de crédito, aún hay un universo muy amplio de gente que no tiene crédito. Hay que ir con cuidado, porque la expansión del crédito al consumo reciente ha sido muy intensa.
- ¿Por la demanda interna?
- El problema es ése, que la demanda ya está generando bastantes presiones inflacionarias, porque no se puede generar un boom de consumo sin inversión, porque llegas muy rápidamente a limitaciones de capacidad en que más estímulo te genera inflación y no crecimiento.
- ¿Y qué pasa con el ahorro?
- Ese es otro tema central. El nivel de ahorro es muy bajo en Brasil. La expansión económica está generando un desequilibrio creciente en la cuenta corriente. Si uno mira la necesidad de financiamiento a un año, sumando un déficit de cuenta corriente de más de US$ 70.000 millones más amortizaciones de corto y mediano plazo, se alcanzan necesidades externas de financiamiento de más de US$ 130.000 millones. Significa que a este nivel de crecimiento -con ahorro tan bajo-, se genera además del desequilibrio interno -que es la inflación-, un desequilibrio externo que es una cuenta corriente que se empieza a desbordar.
Los escenarios
- ¿Cuál es el peor escenario?
- Puede haber una inversión del ciclo económico: que la economía pare de crecer y, eventualmente se contraiga; que el desempleo aumente y que la capacidad de las familias que tomaron crédito, de continuar pagando la amortización de la deuda, se deteriore.
Lo segundo, es que el crecimiento fue bastante apalancado en consumo, que es algo que no es el ideal en términos de sustentabilidad del ciclo económico y en términos de generar crecimiento sin inflación.
- ¿Estamos ad portas de una crisis subprime?
- No, el sistema financiero es bastante sólido, muy bien provisionado, capitalizado, y líquido. Así que, desde el punto de vista sistémico, me parece que no estamos ahí, pero sí hay algunas familias que tienen bastante apalancamiento y eso me preocupa un poco.
- ¿Qué responsabilidad tiene el gobierno y qué debiera hacer?
- Esto es algo que viene del gobierno anterior y que se intensificó a fines de 2010. Dilma Rousseff tiene sólo dos meses en la presidencia para tener mayores responsabilidades. Pero se tiene que desacelerar la economía. El nivel de crecimiento está muy alto para el nivel de inversión que tiene la economía. Hay que subir tasas, bajar el gasto público, para controlar el crecimiento de la economía y para bajar la presión inflacionaria y anclar un poco la cuenta corriente y, también, mitigar las presiones intensas que tiene el real para apreciarse.