Industria

Reparto de dividendos en una pandemia: expertos enjuician la ley chilena

En Francia, el gobierno sancionará a las empresas que hayan tenido ayudas estatales y distribuyan ganancias entre sus accionistas.

Por: J. TRoncoso Ostornol | Publicado: Viernes 17 de abril de 2020 a las 04:00 hrs.
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Alejandro Ferreiro Ex superintendente de Valores Hugo Caneo Director del Centro de Gobierno Corporativo de la Universidad de Chile Foto: Julio Castro
Alejandro Ferreiro Ex superintendente de Valores Hugo Caneo Director del Centro de Gobierno Corporativo de la Universidad de Chile Foto: Julio Castro

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Latam Airlines ha sido la única compañía chilena abierta en bolsa que ha planteado suspender el pago de dividendos en medio de la crisis.

Se espera que la aerolínea, que tiene la mayoría de sus aviones en tierra, tenga un primer trimestre desastroso. Dado esto, la dirección de la compañía encabezada por Ignacio Cueto busca diferir la distribución del 30% de las ganancias que obtuvo el año 2019 (unos US$ 57 millones, el mínimo legal) para cuando las circunstancias “lo hagan aconsejable”.

El tema clave es que, producto de la pandemia, muchas compañías necesitan más liquidez para hacer frente a los impactos que puedan tener en el corto plazo. Grandes compañías europeas, como Bankia, IAG y Banco Santander, decidieron sacrificar la remuneración a los accionistas para tener la mencionada liquidez para enfrentar la crisis.

En Chile, la ley no lo permite, salvo que el 100% de la junta de accionistas lo apruebe, lo que es muy poco probable que ocurra.

“Esta situación particular de Latam Airlines puso en evidencia la falta de flexibilidad de la ley chilena frente a las situaciones de la vida real. Específicamente en este caso, la ley no considera una contingencia casi cierta, que las aerolíneas enfrentan una situación de no venta o una venta muy restrictiva”, afirma el director del Centro de Gobierno Corporativo de la Universidad de Chile, Hugo Caneo.

El experto advierte que hoy es difícil hacer cambios normativos –“es peligroso hacer modificaciones en emergencias”, dice- por lo que plantea la necesidad de estudiar reformas a la ley a mediano y largo plazo.

No obstante, plantea alternativas para enfrentar la situación en lo inmediato: que un accionista controlador no cobre el dividendo aprobado (y quedaría como un crédito a su favor reajustable para ser pagado a futuro) o que se realice un aumento de capital posterior al reparto de las ganancias, lo que tendría un costo tributario.

Alejandro Ferreiro, exsuperintendente de Valores y Seguros (hoy Comisión del Mercado Financiero), coincide en la opción de esta última alternativa.

“La empresa puede llamar a un aumento de capital y así, entre comillas, los accionistas pueden devolver los dividendos a la empresa”, dice el abogado.

No obstante, a su juicio, a futuro se debiese revisar la situación particular de la banca.

“No me parece mal, en general, que las empresas repartan dividendos, pero podría ser revisado para la banca. Esta industria tiene un riesgo sistémico y tiene que estar capitalizada en casos como este. Es parte de lo que uno podría contemplar en una eventual reforma legal”, señala.

Ayudas estatales

A fines de marzo, el Banco Central Europeo (BCE) urgió a la banca a no distribuir beneficios entre sus accionistas mientras perdure la crisis.

Incluso más. Hace unos días, el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, aseguró que sancionará a las empresas que se hayan beneficiado de la ayuda del Estado durante la crisis del coronavirus y a su vez paguen dividendos a sus accionistas.

En Chile, firmas que ya anunciaron que repartirán dividendo, como Ripley y Cencosud, se acogerán a la ley de protección del empleo.

Ferreiro sostiene que esta ayuda no va dirigida a las compañías. “No es un subsidio directo a las empresas, esto apunta a proteger los ingresos de los trabajadores”, destaca.

Mientras que Hugo Caneo señala: “Yo puedo entender que la opinión pública pueda sentirse escandalizada porque está recurriendo esto, pero son dimensiones distintas”.

Explica que la ley obliga a repartir un mínimo de dividendo y, por otro lado, las empresas requieren una protección cuando no tienen ingresos. "Este es el gran problema de Chile, que regulamos pensando en el tema particular y no en la generalidad, cuando la economía es un todo complejo", remata.

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