Facturas para disminuir pérdidas del banco y la solicitud de SBIF de las carpetas a la fiscalía
La entidad financiera, que se encuentra en pleno proceso de venta, habría tenido balances adulterados hasta 2010, con implementación de IFRS.
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Fue el 12 de enero pasado que la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) pidió a la Fiscalía Oriente los antecedentes de la investigación que encabezaba el persecutor Carlos Gajardo. La razón: Banco Penta es una entidad sometida a su fiscalización, por lo que se solicitó toda la información de las carpetas investigativas.
Además, se encuentra en un proceso de venta formal, con la asesoría de JPMorgan.
Según cuenta el expediente, en septiembre de 2014 el Servicio de Impuestos Internos (SII) reportó información en distintos contribuyentes involucrados en el caso al jefe del departamento de Delitos Tributarios.
En el documento se trata la incorporación de facturas falsas para disminuir la renta líquida de las empresas Penta, teniendo como antecedente la declaración de Hugo Bravo.
"Respecto del Banco Penta, que partió en 2004, tenía presupuestado que iba a perder cierto dinero al principio, pero la realidad es que perdió mucho más. Desde 2006 al 2010 para paliar esas pérdidas se le han traspasado unos $ 5.000 millones mediante facturas de la corredora de bolsa por aproximadamente
$ 1.000 millones anuales, mediante facturas exentas de IVA", se indica.
A través de este sistema "se daba una visión de que las pérdidas no eran tan grandes. De esta manera, se disminuía la renta líquida imponible de las empresas Penta y se disminuían las pérdidas del banco consolidado. Las facturas daban cuenta de servicios inexistentes, decían algo así como asesoría en inversión", cita el documento.
"Esta decisión la proponía Marco Comparini y las aceptaba Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín.
Cualquier gasto que pudiera soportar Penta en vez del banco se hacía de esa manera, por ejemplo asesorías de Patricio Rojas, que es un economista que hacía trabajos para el banco pero se los pagaba Penta (...) La meta era mejorar los resultados del banco. Yo participaba como director en el banco, pero eso no se veía a nivel de directorio".
"Luego me tocaba a mí firmar el cheque a la factura de los mil millones en reuniones con Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, en las que también participaba Marcos Comparini", señala.
"A partir de 2010 los balances se hicieron con IFRS, en los que ya no había pérdida por corrección monetaria y por lo tanto, ya no fue necesario dar esas facturas. La única asesoría real de la corredora del banco a Penta se comenzó a realizar en 2013, cuando llegaron los dineros por la venta de Cuprum, que eran US$ 1.000 millones", finaliza.
Hugo Bravo relaciona a ex presidente de Banmédica con forwards antedatados
En su declaración del 30 de enero pasado ante la fiscalía, Hugo Bravo señala que fueron varios los ejecutivos de empresas del grupo Penta los que participaron en contratos de forward con fechas adulteradas.
"Respecto de los contratos forward, la empresa Siglo y VSA, que pertenecen a Roberto Carrasco que era contralor de empresas Banmédica y que realizaba algunas actividades de contabilidad de filiales con su empresa Siglo. Con su oficina de contabilidad, Carrasco le llevaba la contabilidad a Héctor Concha, que era director de Banmédica y presidente de la Isapre.
Hace unos dos ó tres años el doctor Concha me comentó que estaba en un lío ya que tenía el 1% de las acciones de Banmédica, y que las acciones las había adquirido a un bajo costo; eran ocho millones de títulos y no las había adquirido por bolsa, y quería traspasarla a sus hijos y el precio de mercado los hacía tener miles de millones de pesos en utilidades tributables, y Roberto Carrasco le dio la solución de netear esa utilidad mediante la realización de un contrato de forward predatado, a cambio de una comisión", dijo Bravo.
"Entonces por un lado el doctor Concha hacía la utilidad por la venta de las acciones, y por otro lado hacía la pérdida por el forward, y por tanto no pagaba o pagaba muy poco en impuesto.
Esta fórmula usada por Concha y Siglo (Carrasco), se la comenté a Carlos Alberto Délano, quien me pidió que profundizara el tema para lo cual conversé con Concha (...) y me pusieron en contacto con Marcela Sotelo, ejecutiva de Siglo, a fin de poder operara de igual manera y utilizar ese método para cancelar los bonos de los ejecutivos de Penta.
A Penta le encantaba enmascarar las remuneraciones, era una fórmula más", afirmó.