Morandé: “En el margen, veo una economía que está estancada”
Ex ministro advierte que menor precio del cobre llevarán el crecimiento del próximo año desde 3% a 2,5%.
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Para Felipe Morandé, las cuentas nacionales publicadas ayer por el Banco Central sugieren una actividad "esencialmente estancada", con perspectivas a futuro que no se ven mejores.
El decano de la Facultad de Emprendimiento y Negocios de la Universidad Mayor plantea que si al escenario interno de bajas expectativas de empresarios y consumidores se le agrega la fuerte caída del precio del cobre, se configura un escenario de un Producto creciendo menos de 2% este año y en torno a 2,5% el próximo.
Quien también fuera gerente de la División Estudios del instituto emisor plantea su receta para salir de este ciclo económico menos favorable: dilucidar las incertidumbres por el lado de las reformas para apuntalar las expectativas del sector privado, la "única manera" de que la inversión deje atrás las contracciones anotadas en siete de los últimos ocho trimestres, dice.
- El PIB creció 1,9% en el segundo trimestre, con una inversión que cayó 3%. ¿En qué momento macro estamos?
- Son dos cifras muy bajas en términos de crecimiento. En el margen, veo una economía estancada porque el crecimiento de este trimestre respecto al anterior es 0%. Ese es un indicador de que las cosas no van bien.
La demanda interna, que crece un 2% en el período, aumenta netamente por un efecto de variación de inventarios, porque el consumo crece muy poco y la inversión cae 3%.
Vemos una economía esencialmente estancada, no se ve que haya habido un progreso en el segundo trimestre. Por el contrario, la tendencia va en un sentido inverso, a la baja.
- ¿Se abre la posibilidad de que este año crezcamos por debajo del 2%?
- Es posible en la medida que no se recupere la inversión privada. Pero, por otro lado, hay que considerar que el crecimiento en el segundo semestre del año pasado fue muy reducido, de manera que no es muy complejo tener cifras superiores al 2% durante este año, aun cuando la economía se mantenga estancada, ya que habrá un efecto de base de comparación.
Entre 2% y 2,5% me parece una proyección acorde con la realidad, a menos que la caída de la inversión se acentuara.
- ¿Qué sensación queda a futuro? Se habla incluso de una desaceleración que se extiende por uno o dos años más.
- Esencialmente comparto ese diagnóstico. Hay un efecto a la baja del precio del cobre sobre la actividad económica, el FMI lo ha calculado en algo así como 0,5 puntos del PIB por cada 10 centavos de dólar promedio que cae el cobre. Lo que estamos viendo es una tendencia a la baja en el cobre y, probablemente, tendremos un precio promedio el próximo año inferior en 10 centavos a lo menos en relación al promedio de este año. Eso puede provocar un crecimiento en Chile que podría pasar desde 3% a 2,5%.
- ¿Cómo se sale de la desaceleración? ¿Basta con apuntar a moderar la agenda de reformas?
- Hay una parte importante del actual ciclo que se relaciona con el ánimo pesimista que existe en el sector privado. Esa desconfianza tiene que ver mucho con lo que se espera hacia futuro en materia de cómo se organiza la economía chilena.
Lo que vemos hoy, objetivamente hablando, son cambios muy profundos, sobre todo un posible cambio a la Constitución. Y aun cuando se postergara esa discusión para una próxima legislatura, va a estar pendiente el tema sobre cómo se viene la mano en esa materia. Ciertamente, eso plantea una mayor incertidumbre.
La reforma laboral, por otro lado, tiene muy nerviosos a los empresarios y, ciertamente, tiene un impacto en la inversión, toda vez que muchos emprendimientos podrían reevaluarse en la medida que la contratación de mano de obra puede significar un costo demasiado alto para el aporte que esa mano de obra podría tener en la producción. Entonces, hay en este temor un elemento adicional para que la inversión no se recupere.
Mientras la inversión no se recupere, no tendremos ninguna posibilidad de salir de este estancamiento.