Por B. Sifón y S. Lago
Sebastián Piñera ganó las elecciones con una campaña basada en lo que llamó “la nueva forma de gobernar”. Sin embargo, nadie intuyó que tendría que enfrentar una reconstrucción de gran parte del país tras el terremoto del 27 de febrero de 2010.
Las críticas al gobierno comenzaron tras presentar a la “Nueva Derecha”, tecnócrata y distante de los partidos de la Coalición. Esta derecha, más social y progresista, pero alejada de las raíces republicanas y liberales que la caracterizan, consiguió fuertes críticas que terminaron con personas como Evelyn Mattei y Pablo Longueira en el gabinete.
El principal desafío del gobierno ha sido la explosión de demandas sociales, ocurridas desde el año 2011. Los movimientos de Magallanes, Aysén, Freirina, y La Araucanía, además, del conflicto estudiantil, han generado varios ajustes en la agenda del gobierno, que incluyeron una sorpresiva Reforma Tributaria, que no estaba en el programa de gobierno ni menos en los cálculos del sector privado.
Hoy, la duda es si Piñera podrá generar que sus cifras macroeconómicas brillen más que los conflictos y entregar la banda presidencial a un candidato de la centro derecha.
La promesa pendiente de la puerta giratoria
La promesa del "fin a la puerta giratoria" fue una de las ideas más ambiciosas del presidente Piñera y utilizada en reiteradas ocasiones durante su campaña, junto a la idea de mostrar "mano dura contra los delincuentes". Luego de tres años, esta sentencia terminó convirtiéndose en un "Talón de Aquiles" para su administración, pues si bien hay avances en la materia, la percepción ciudadana manifiesta. La última encuesta Adimark pone a la delincuencia como el ítem peor evaluado del gobierno con solo un 14% de aprobación. Entre los logros destaca la extensión del Plan Cuadrante a 20 comunas, alcanzando 137 a nivel nacional. En 2012 se incorporaron 2.300 carabineros a las calles, junto a 200 nuevos miembros de la PDI.
Además, en 2011 se creó el ministerio del Interior y de Seguridad Pública para centralizar los esfuerzos del combate a la delincuencia.
Los estudiantes pusieron a prueba al gobierno
"La igualdad de oportunidades en el acceso a la educación superior será posible gracias al perfeccionamiento del sistema de financiamiento estudiantil", era la promesa de Piñera en su programa de gobierno. Y claramente la educación ha sido "el" tema que ha cruzado su administración. 2011 fue el año más convulsionado en esta materia desde la "revolución de los pingüinos" de 2006. El "no al lucro" y la alta convocatoria del movimiento estudiantil generaron un conflicto que se extendió por cerca de ocho meses y que incluyó movilizaciones, enfrentamientos y diálogos que no prosperaron entre los estudiantes y el Ejecutivo.
Finalmente, el gobierno sacó adelante sus propuestas (Sistema de Aseguramiento de la Calidad, la Agencia de Calidad de la Educación y la Superintendencia de la Educación, entre otras) que materializó mediante una reforma tributaria -que no estaba en su plan original de gobierno- y desvió la atención del tema, pero claramente la polémica por la educación gratuita quedó planteada como tema para la próxima elección presidencial.
El cara y sello social: ampliación de beneficios y protestas ciudadanas
En el ámbito social hay luces y sombras en la administración de Sebastián Piñera. El balance positivo destaca la ampliación del post natal a seis meses, que permite traspasar una parte del tiempo a los padres, la eliminación de la cotización de 7% a los jubilados y la Ley Antidiscriminacion, que adquirió fuerza tras el asesinato del joven homosexual, Daniel Zamudio, por parte de jóvenes de ideología presuntamente neonazi.
Destaca además la creación del Ministerio de Desarrollo Social, encargado de promover el desarrollo del país mediante la organización de programas, planes e inversiones públicas.
Pero también ha habido una realidad social convulsionada en los tres años de gobierno. En el verano de 2011 Magallanes se paralizó por el anuncio de un alza de 16,8% del gas, combustible vital para la zona. En mayo de ese año, "explotó" el tema HidroAysén que generó múltiples protestas ciudadanas en la zona y en Santiago.
Posteriormente los conflictos sociales se extendieron a Calama y Aysén, zonas que acusan abandono por parte del gobierno central. El caso de Aysén la protesta obligó al gobierno a negociar con los pobladores movilizados y llegar a un acuerdo. Ese mismo año 2011 el conflicto estudiantil alcanzó su punto más álgido y el verano de 2013 fue la zona mapuche la convulsionada.
Positivo avance de la democracia
"Nuestro compromiso es con una democracia moderna y participativa". Esa era la mención del programa de gobierno de Sebastián Piñera a los cambios necesarios para profundizar la democracia. Y este claramente fue uno de los grandes aspectos en que ha avanzado la presente administración.
Se creó una ley de primarias, que regula la realización de esa instancia de manera voluntaria y vinculante, permitiendo una mayor participación en la selección de candidatos a alcaldes, diputados, senadores y presidente. Esto se suma al proyecto de elección directa de los consejeros regionales.
La inscripción automática y voto voluntario fue otro logro del gobierno, que permitió la incorporación de 4,5 millones de personas al padrón electoral y que generó un verdadero "terremoto" en las últimas elecciones municipales por el factor incertidumbre que agregó a los comicios.
Por otro lado, la modernización del Estado ha avanzado. La Unidad de modernización y gobierno electrónico del Estado de Segpres impulsó la iniciativa Gobierno Abierto, que busca facilitar el acceso de los ciudadanos a espacios de participación, transparencia y servicio.
Eso sí, una gran deuda pendiente es el derecho a voto de los chilenos en el exterior, proyecto que no se ve de fácil envío al Congreso.
Energía: la gran queja del ámbito privado
La pauta de energía durante el gobierno de la Alianza por Chile anotó un antes y un después del incidente "Barrancones", que tuvo el ojo del huracán al propio presidente quien intervino en la instalación de la termoeléctrica de GDF Suez. El proyecto generó un fuerte rechazo, expresado en la prensa y en manifestaciones callejeras, debido a su ubicación al sur de la reserva ecológica de Punta de Choros. Piñera recibió críticas por "pasar por sobre la institucionalidad ambiental" que le había dado el vamos al proyecto, y quedó la sensación de que con un poco de presión ciudadana y de grupos de interés, era posible doblegar algunas decisiones.
De la mano con esto, se presentó una serie de problemas para la tramitación de proyectos energéticos debido a la "judicialización" de los proyectos. Uno de los más emblemáticos: Hidroaysén, que derivó en una propuesta del gobierno sobre fijar las normas para el establecimiento de una carretera eléctrica.
Pese a esto, los privados han manifestado su molestia respecto a la actitud del Ejecutivo al tocar estos temas, dado que advierten que estas iniciativas son urgentes para tener energía para los próximos años. Junto con esta indecisión a nivel energético, son varios los proyectos -principalmente mineros e industriales- que están detenidos a la espera de definiciones en esta materia.
Entre los escasos logros destaca la Estrategia Nacional de Energía que define los lineamientos que seguirá el país en materia energética durante los próximos años.
Por otro lado, en 2010 se puso en marcha el Ministerio del Medio Ambiente. Además, está pendiente el mejoramiento del Gobierno Corporativo de ENAP y la promoción de energías renovables, que aspira llegar al año 2020 con un 20% de la matriz eléctrica derivada de energías no renovables, limpias o convencionales.