Unánime fue la decisión del Banco Central de subir tasa en octubre
Para la entidad la economía acumulaba ya cuatro trimestres de crecimiento por sobre el potencial, con lo que -más allá de las dudas sobre su magnitud exacta-, se había ido consolidando un proceso de reducción de la brecha de actividad.
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Unánime fue la decisión de iniciar el retiro del estímulo monetario por parte del Consejo del Banco Central en octubre pasado. Así lo reveló esta mañana la minuta correspondiente a la citada reunión.
"El consejo acordó con los votos del presidente señor Marcel, del Vicepresidente señor Vial y de los Consejeros señor García, señora Costa y señor Naudon, subir la TPM en 25 puntos base, ubicándola en 2,75%", se lee en el documento respectivo.
El consenso detrás del paso dado por el ente emisor pasó por un diagnóstico común respecto a que el análisis de los nuevos antecedentes disponibles desde la última Reunión de Política Monetaria —y la publicación del Informe de Política Monetaria— eran coherentes con las proyecciones del escenario base y respaldaban la orientación de la política monetaria que se había comunicado en septiembre.
La economía acumulaba ya cuatro trimestres de crecimiento por sobre el potencial, con lo que -más allá de las dudas sobre su magnitud exacta-, la instancia asumió que se había ido consolidando un proceso de reducción de la brecha de actividad.
Esto, entendieron los consejeros, se reflejaba en el comportamiento del IPCSAE de servicios, que se había acelerado visiblemente desde comienzos de año. "Además, las perspectivas de un mayor dinamismo de la inversión y de una sólida expansión del consumo privado sugerían que este proceso continuaría en los próximos meses", dice la minuta.
A su vez, agrega el análisis, un "conjunto amplio de información del mercado laboral reducía las dudas sobre la evaluación de las holguras en dicho mercado".
Todo lo anterior, se concluyó, llevaba a que el "inicio oportuno del proceso de normalización monetaria fuera una expresión de los avances logrados por la economía chilena en el último año y no la respuesta a un problema inminente en la inflación".
Los consejeros coincidieron en que, no existiendo razones que modificaran el diagnóstico contenido en el IPoM de septiembre sobre las perspectivas de la inflación y sus determinantes de mediano plazo, cabía considerar elementos tácticos que incidieran sobre el momento preciso para iniciar el proceso de normalización monetaria.
Sobre esto, se destacó que, más allá de las dudas que parte del mercado o de los analistas pudiera tener sobre la decisión de normalizar la TPM, los datos disponibles, y el análisis y la comunicación realizada, llevaban a la conclusión que comenzar con la normalización de la política monetaria era plenamente coherente con el escenario macroeconómico actual y las perspectivas para la inflación.
De todos modos, se añadió, las perspectivas de crecimiento que sintetizaba la Encuesta de Expectativas Económicas estaban bastante alineadas con el escenario base del IPoM, lo que era de primer orden para el logro de la meta de inflación.
Por ello, se mencionó, no era extraño que el foco estuviese puesto más bien en el momento más adecuado para dar inicio al proceso de retiro del estímulo monetario y las diferencias se concentraban en plazos bastante cercanos entre sí.
Por lo demás, iniciar el retiro del estímulo monetario el mes pasado favorecía una mayor gradualidad en la convergencia a la tasa neutral, otorgando más tiempo para considerar las pausas y flexibilidad necesaria que se pudieran requerir más adelante.
El consejo consideró que la actual expansividad de la política monetaria —entre 150 y 200 puntos base por debajo de la neutral— era elevada si se consideraba que la economía ya llevaba varios trimestres creciendo sobre el potencial y la inflación se encaminaba hacia el 3%.
Además, aumentar la TPM en octubre era coherente con la comunicación previa, toda vez que el análisis actual no arrojaba mayores desviaciones del escenario macroeconómico, a lo que se sumaba que una fracción importante del mercado había incorporado el mensaje que la TPM subiría antes de lo que se esperaba hasta comienzos de septiembre.
De todas formas, el consejo asumió la importancia de comunicar que el proceso futuro de movimientos de la tasa probablemente incluiría pausas y sería de una gradualidad que, como siempre, se iría calibrando acorde con la evolución del ciclo macro y la inflación.