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Hernán Felipe Errázuriz y visas consulares para la migración: “Es un instrumento perfectamente válido”

El abogado y excanciler dice que la realidad migratoria “es insostenible mirando al largo plazo” y cree que la normalización de los irregulares ayudaría a la descompresión.

Por: Denisse Vásquez H. | Publicado: Lunes 19 de marzo de 2018 a las 04:00 hrs.
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Foto de Patricio Valenzuela
Foto de Patricio Valenzuela

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“Migraciones en Chile. Oportunidad ignorada”, es un libro lanzado en 2014 por el actual jefe del Departamento de Extranjería y Migración (DEM), Álvaro Bellolio y el abogado, excanciller y presidente del Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales, Hernán Felipe Errázuriz, texto que ya planteaba que mejorar el marco legal e institucional en la materia en el país era algo impostergable.

A casi cuatro años, Errázuriz remarca la urgencia de una nueva ley e indica que debe salir en este gobierno, ya que el anterior “lo dejó para el final”. Y remarca: “La situación actual es insostenible mirando en el largo plazo”.

A su juicio, los cambios deben atender que la migración es beneficiosa para Chile y los derechos y obligaciones de los migrantes, pero a la vez debe ser un proceso seguro y ordenado mirando los intereses nacionales. “Hay corrientes migratorias y de refugiados, en países donde las personas no tienen derechos y se les persigue, como en Venezuela y eso hay que acogerlo. Pero eso no implica que sea una política general y que la migración sea indiscriminada que permita el ingreso de narcotraficantes, pedófilos, delincuentes. El orden y la responsabilidad debe existir”, asegura.

- Entonces, ¿concuerda con la frase del ministro del Interior, Andrés Chadwick, “mano amiga, pero de control”?

- Por supuesto. Yo prefiero hablar de orden, porque hay tratas de personas en la migración, hay negocios, hay líneas aéreas y empresas que están haciendo negocios y, por lo tanto, lo que les interesa es el ingreso indiscriminado y no se preocupan sobre qué pasa después.

Y el control también implica algo que no es fácil, que es considerar la expulsión de extranjeros del país cuando se trata de fraudes al ingreso y delincuentes. En el gobierno anterior del presidente Piñera se intentó expulsar a extranjeros autores de delitos atroces en Colonia Dignidad y no fue posible, la Corte Suprema no permitió su expulsión. Y sucede muchas veces con traficantes peruanos y bolivianos. Ese es un tema muy complicado que hay que considerar.

- ¿Una medida para controlar la migración sería la visa consular?

- La visa es resultado de reciprocidad. Por ejemplo, usted o yo no podemos ir a la India y a decenas de países sin una visa consular, es un instrumento perfectamente válido conforme al derecho internacional y una herramienta que sirve para ordenar la migración. Es una alternativa que es posible de considerar.

- Hoy, muchos de los extranjeros entran como turistas, pero se quedan a trabajar en Chile. ¿La visa consular lo evitaría?

- Un turista puede cambiar su estatus y hay mecanismos para prolongar su visa de turista. La visa consular es un instrumento que se puede ampliar perfectamente. Ahora, también la migración tiene que ser responsable, de las dos partes y Chile hoy no está preparado para un ingreso indiscriminado y masivo. En vivienda, no hay ninguna posibilidad de solucionar un problema masivo para inmigrantes. No está solucionado para toda la población chilena y tampoco para ellos.

Y también me preocupa que no hay suficiente información, solo especulaciones sobre el número de migrantes en el país. La última cifra oficial es de la Casen 2015 que habla de unas 465 mil personas, pero no me sorprendería que el Censo arrojara 800 mil a los que habría que sumar los del último año y nos acercaríamos al millón. Para buenas políticas públicas, hay que tener buena información y no sólo el número.

- ¿Qué otro tema le preocupa?

- El financiamiento de las políticas migratorias. Los programas de apoyo a migrantes son escasos, tan escasos que se transforman en una responsabilidad y problema social de los municipios. Los fondos generales del país para los migrantes son mínimos, y no se puede discriminar el acceso a los servicios básicos, de salud, de educación.

- ¿Eso se podría solucionar con los mismos recursos que generan los migrantes en permisos, visas, impuestos?

- Puede haber recursos, pero se deben canalizar a los programas de apoyo a los migrantes y eso hoy no se hace. Es algo que debería tenerse en cuenta en el proyecto de ley, ya que no se pueden hacer políticas si no se cuenta con instituciones y recursos humanos y materiales para llevarlas a cabo.

- ¿Hay materias en las que se podría avanzar en paralelo a la discusión de la ley en el Congreso?

- Desde ya se puede hacer una normalización de los migrantes indocumentados, se tiene que hacer porque la exposición al abuso es distinta si se tiene una residencia reconocida por la autoridad. Eso se puede hacer administrativamente, sería una descompresión importante. La aplicación de la visa consular tampoco necesita ley.

Pero para todo eso se necesita personal y tengo entendido que el Departamento de Extranjería trabajan unas 150 personas, tendría que contratar personal extra y especialmente fortalecer su institucionalidad, dándole la jerarquía y medios que merece.

Aunque parezca algo menor, es importante cambiar el sistema de homologación de títulos universitario y técnicos. Hay que facilitar el mayor activo de la modernidad, la aplicación del conocimiento. El sistema actual es inaceptable: centralizado en Santiago, burocrático y monopólico de la Universidad de Chile y, por sobre todo, absurdo. Una persona que tiene un título profesional de las diez mayores universidades del mundo, tiene que reconocerlo la Universidad de Chile que está en el ranking mundial en el lugar 100 o más. Absurdo. Pero para solucionarlo se necesita una ley.

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