Dudas sobre las motivaciones tras el satélite norcoreano
El fallido lanzamiento podría ser tan sólo el preludio de un gesto de desafío mayor y más preocupante.
Por: | Publicado: Lunes 16 de abril de 2012 a las 05:00 hrs.
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Un fallido lanzamiento de cohete aumentará la tensión entre Corea del Norte y sus interlocutores internacionales, y podría llevar a otra censura de la ONU. Aunque nuevas sanciones tendrían un impacto limitado, el acto realza la falta de claridad sobre las intenciones del régimen bajo su nuevo líder, Kim Jong-un.
La muerte de su padre, Kim Jong-il, dejó dudas sobre el real control que tendrá su hijo sobre el gobierno y el mantenimiento del statu quo.
La conclusión es que el régimen seguirá errático y sus motivos oscuros. Corea del Norte tiene la costumbre de ofrecer concesiones y luego anularlas, y Kim Jong-un parece actuar igual. Tras el test hay preguntas sobre sus cálculos geopolíticos e internos. La discusión implica un alto grado de especulación, dado el aislamiento del régimen. Una explicación sería que forma parte de las celebraciones por el centenario del nacimiento de Kim Il-sung (abuelo de Kim Jong-un) el 15 de abril. También podría haber sido una forma de reforzar el prestigio interno de Kim Jong-un en el contexto de una cultura pro-militar.
EIU estima improbable, en el corto plazo, que Kim Jong-un enfrente un desafío directo a su poder, pero sí creemos que su posición es mucho menos segura que la de su padre. También seguirán dudas sobre su capacidad de dominar una élite política compuesta por generales varias décadas mayor.
Tampoco hay que olvidarse que el lanzamiento coincidió con las elecciones parlamentarias surcoreanas. La provocación norcoreana fortalece la posición conservadora, con una línea más dura frente a Pyongyang.
La otra pregunta es cómo reaccionará la ONU y los miembros del estancado proceso de diálogo con Pyongyang, cuya reanudación parece improbable en el corto plazo. La efectividad de posibles sanciones seguirá limitada por el apoyo económico chino a Corea del Norte, motivado por el deseo de mantener la estabilidad en la península coreana y un tapón frente a la presencia de EEUU en Corea del Sur.
También está la posibilidad de que Pyonyang planee un tercer test nuclear (tras 2006 y 2009), como sugiere evidencia de inteligencia. Si Corea del Norte quiso celebrar el cumpleaños de Kim Il-sung con un cohete, este podría haber sido el preludio de un gesto de desafío mayor y más preocupante.
La muerte de su padre, Kim Jong-il, dejó dudas sobre el real control que tendrá su hijo sobre el gobierno y el mantenimiento del statu quo.
La conclusión es que el régimen seguirá errático y sus motivos oscuros. Corea del Norte tiene la costumbre de ofrecer concesiones y luego anularlas, y Kim Jong-un parece actuar igual. Tras el test hay preguntas sobre sus cálculos geopolíticos e internos. La discusión implica un alto grado de especulación, dado el aislamiento del régimen. Una explicación sería que forma parte de las celebraciones por el centenario del nacimiento de Kim Il-sung (abuelo de Kim Jong-un) el 15 de abril. También podría haber sido una forma de reforzar el prestigio interno de Kim Jong-un en el contexto de una cultura pro-militar.
EIU estima improbable, en el corto plazo, que Kim Jong-un enfrente un desafío directo a su poder, pero sí creemos que su posición es mucho menos segura que la de su padre. También seguirán dudas sobre su capacidad de dominar una élite política compuesta por generales varias décadas mayor.
Tampoco hay que olvidarse que el lanzamiento coincidió con las elecciones parlamentarias surcoreanas. La provocación norcoreana fortalece la posición conservadora, con una línea más dura frente a Pyongyang.
La otra pregunta es cómo reaccionará la ONU y los miembros del estancado proceso de diálogo con Pyongyang, cuya reanudación parece improbable en el corto plazo. La efectividad de posibles sanciones seguirá limitada por el apoyo económico chino a Corea del Norte, motivado por el deseo de mantener la estabilidad en la península coreana y un tapón frente a la presencia de EEUU en Corea del Sur.
También está la posibilidad de que Pyonyang planee un tercer test nuclear (tras 2006 y 2009), como sugiere evidencia de inteligencia. Si Corea del Norte quiso celebrar el cumpleaños de Kim Il-sung con un cohete, este podría haber sido el preludio de un gesto de desafío mayor y más preocupante.