"Cuando la incertidumbre sobre Grecia sea menor, sería bueno que Chile emita su bono"

Advierte que la incertidumbre de los inversionistas apunta al comportamiento de la inflación y el tipo de cambio en el año.

Por: | Publicado: Martes 4 de mayo de 2010 a las 05:00 hrs.
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Marta Lillo B.



La emisión del bono soberano por
US$ 1.500 millones que planea el gobierno para recaudar parte de los recursos del plan de financiamiento, ocurrirá en momentos en que existe un fuerte apetito por bonos tanto a nivel local como extranjero, y la búsqueda de deuda de países estables se ha intensificado tras la crisis fiscal de Grecia.

Una "combinación perfecta", asegura el economista jefe para Latinoamérica y Estrategia de Renta Fija de Bank of America-Merrill Lynch, David Beker. "De las conversaciones que he tenido con inversionistas, reclaman que hay poco papel, tanto de deuda soberana como corporativa. Entonces, como el gobierno tiene que emitir más, esto va a afectar esa demanda porque hay mucho dinero disponible", enfatiza.

El timing también debe ser el correcto. La crisis fiscal de Grecia todavía sigue en veremos, si bien el Fondo Monetario Internacional y los países de la eurozona ya comprometieron en conjunto un plan de rescate por US$ 145 mil millones en préstamos por tres años.

Para Baker, "cuando la incertidumbre sobre Grecia sea menor, sería bueno que Chile emita su bono soberano", especialmente cuando esta crisis aumentó el apetito por papeles de economías con menor riesgo y niveles bajos de deuda.

Chile no emite un bono soberano desde 2004. Por lo tanto, si bien está el interés, el país deberá hacer una buena oferta. "Los inversionistas internacionales se desacostumbraron a invertir en papeles chilenos. Es importante que vuelvan a conocer a Chile. Por eso es bueno que el bono que será emitido el exterior sea en pesos y en dólares", destaca.



Por su propio peso

El panorama de deuda es algo seguro, insiste Baker. No así la inflación y el tipo de cambio. Porque si bien el gobierno buscó evitar las presiones con su plan de financiamiento para la reconstrucción del país y el gasto público de los próximos cuatro años -estrategia que calificó de un "ajuste fino que no fue fácil"-, hay incertidumbre sobre cómo se comportarán ambos factores en el año.

"Hay mucha duda sobre cómo la inflación se va a portar en Chile. El mercado está esperando la cifra de IPC, y según las expectativas éste sería más alto en abril, después de la sorpresiva baja en marzo. Entonces, hay mucha incertidumbre, falta ancla", sostiene.

El banco está advirtiendo a sus clientes que esperen una sorpresiva alza de la inflación a medida que avanza el período. "Pronosticamos una inflación de 3,6% para este año", precisa Baker. En tanto, el Banco Central proyecta que 2010 cerrará con una variación de 3,7%

El terremoto del 27 de febrero cambió no sólo al país, sino a las expectativas para este indicador, añade. "Chile iba a empezar a normalizar su política monetaria de forma más rápida. La recuperación de la economía iba a paso seguro, pero el terremoto complicó el análisis", explica.

Por ello, ahora el Banco Central estaría endureciendo su política monetaria en agosto con un alza de 25 puntos base, alcanzando la tasa de interés referencial un 2,75% a fines de este año y 5,75% en 2011, "con la normalización de los tipos completándose el año que viene", prevé Beker.

El peso también es fuente de incertidumbre. El cambio de gobierno hizo que el mercado estuviera bastante volátil a principios de año, pero son los pasos que darán las administradoras de fondos de pensiones (AFP) los que tienen a los inversionistas expectantes. "Al no estar el detalle de cuánto invierten las AFP en moneda local, es una incertidumbre que siempre está en el cuadro", añade.

A su vez, tanto las tasas de interés como la moneda local se verán influenciadas por un factor común: los flujos de capital que ingresarán al país por el pago que empresas de reaseguro internacionales deberán hacer a las compañías de seguro en el país. "Los locales están mucho más optimistas que los extranjeros sobre el peso, en parte porque están apostando por los flujos de fondos que provendrán de las aseguradoras. El flujo de los reaseguros al país se estiman en unos US$ 8 mil millones", agrega.

Estos factores harán que el tipo de cambio se mantenga en un rango de $ 510 y $ 540, si bien para Bofa-Merrill Lynch el peso no está lejos de su valor justo de $ 490. También pronostica que el peso chileno seguirá siendo visto como una moneda de financiamiento frente a otras en la región.

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