Córdoba: Turismo de alto patrimonio
Exclusividad con sello rural es lo que ofrece esta ciudad argentina fundada en 1573, enclavada en el norte de Argentina y a una hora de vuelo desde Chile.
Por: | Publicado: Viernes 10 de junio de 2011 a las 05:00 hrs.
- T+
- T-
Por Paula Gallardo
Córdoba, la docta, con la cuarta universidad más antigua de América. Córdoba de ruinas jesuitas. Córdoba de aires rurales, con un sello de elegancia y exclusividad.
Todas ellas conviven simultáneamente y es la imagen con la que pretenden atraer a los turistas hacia esta ciudad, enclavada en el norte de Argentina, a 715 kilómetros de Buenos Aires y a una hora -prácticamente exacta en términos cronológicos- de vuelo desde Santiago, vía Lan, en ruta directa sin escalas.
Y es que Córdoba guarda más de una sorpresa. La primera de ellas, el delicioso hotel boutique Azur -el primero en su clase en la ciudad de las catedrales-, ubicado en pleno centro, en la calle San Jerónimo 243, al cual se accede por una larga escalera de madera hasta el lobby, que sorprende por su moderna decoración y su curioso ascensor en forma de cilindro, hasta llegar a la azotea, curiosa mezcla de spa y solarium.
La cafetería-restaurante es una punto adicional. Un comedor con sillones y libros, con un menú sencillo y rústico a la vez.
Pero si de conocer la Córdoba íntima se trata, el camino debe desplazarse aún más al norte, hacia la zona de Ascochinga, famosa por sus ruinas jesuitas, en particular la hacienda Jesús María desde donde -cuenta la historia- se envió al Rey de España el primer vino nacido de vides americanas, llamado Lagrimilla de Oro. También destaca la vista de sus salas de reliquias.
Desde allí, a 40 minutos, la Estancia La Paz, construida en 1850, un gracioso edificio de color amarillo y amplios ventanales, ideal para tomar un té -o café según el gusto- mirando la puesta de sol junto a la laguna y luego disfrutar una rica cena de cabrito a la parrilla con papas a la crema.
Córdoba, la docta, con la cuarta universidad más antigua de América. Córdoba de ruinas jesuitas. Córdoba de aires rurales, con un sello de elegancia y exclusividad.
Todas ellas conviven simultáneamente y es la imagen con la que pretenden atraer a los turistas hacia esta ciudad, enclavada en el norte de Argentina, a 715 kilómetros de Buenos Aires y a una hora -prácticamente exacta en términos cronológicos- de vuelo desde Santiago, vía Lan, en ruta directa sin escalas.
Y es que Córdoba guarda más de una sorpresa. La primera de ellas, el delicioso hotel boutique Azur -el primero en su clase en la ciudad de las catedrales-, ubicado en pleno centro, en la calle San Jerónimo 243, al cual se accede por una larga escalera de madera hasta el lobby, que sorprende por su moderna decoración y su curioso ascensor en forma de cilindro, hasta llegar a la azotea, curiosa mezcla de spa y solarium.
La cafetería-restaurante es una punto adicional. Un comedor con sillones y libros, con un menú sencillo y rústico a la vez.
Pero si de conocer la Córdoba íntima se trata, el camino debe desplazarse aún más al norte, hacia la zona de Ascochinga, famosa por sus ruinas jesuitas, en particular la hacienda Jesús María desde donde -cuenta la historia- se envió al Rey de España el primer vino nacido de vides americanas, llamado Lagrimilla de Oro. También destaca la vista de sus salas de reliquias.
Desde allí, a 40 minutos, la Estancia La Paz, construida en 1850, un gracioso edificio de color amarillo y amplios ventanales, ideal para tomar un té -o café según el gusto- mirando la puesta de sol junto a la laguna y luego disfrutar una rica cena de cabrito a la parrilla con papas a la crema.