Científicos descubren tempranas pistas en el desarrollo del autismo en niños
A los seis meses ya hay diferencias cerebrales.
Por: | Publicado: Martes 21 de febrero de 2012 a las 05:00 hrs.
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A los seis meses de edad, los niños con alto riesgo de desarrollar autismo ya presentan algunas diferencias cerebrales, según descubrió un equipo de expertos de la University of North Carolina (EEUU). Se trata de anomalías relacionadas con la cantidad y la organización de las vías que conectan las regiones cerebrales ( sustancia blanca) durante la primera infancia, explicó el portal español El Mundo.
Como los síntomas del autismo suelen manifestarse después de los dos años de vida, los científicos querían comprobar si el cerebro “esconde” algunas pistas que puedan indicar el riesgo de desarrollar el trastorno. Para ello, seleccionaron a 92 niños que tenían hermanos mayores con autismo (factor de alto riesgo) y, mientras dormían, se les realizó pruebas de imagen de resonancia magnética específica a los seis meses y a los 24. Al final del estudio luego de dos años, el 30% reunía los criterios para diagnosticar un desorden del espectro autista. La diferencia entre los que desarrollaban el trastorno y los que no, estaba en la extensión de las fibras de materia blanca.
“Esto sugiere que el autismo afecta a todo el cerebro, no de forma aislada a ninguna región en particular. El hallazgo es un primer paso hacia la posibilidad de desarrollar un biomarcador que mejore el diagnóstico del autismo, lo que aumentaría las posibilidades de interrumpir el proceso con intervenciones dirigidas”, sostuvo Jason Wolff, principal responsable de la investigación.
En esa línea, Mara Parellada, psiquiatra infantojuvenil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, dijo que “cuanto antes se detecta el riesgo de autismo, antes se puede intervenir y moldear el desarrollo del cerebro. Éste es muy dependiente de la experiencia vital y, estimulándolo adecuadamente, se puede cambiar la evolución. Cada vez hay más evidencia de que identificando antes a los niños con trastornos del desarrollo e interviniendo intensivamente, hay más infantes que no llegan a cumplir criterios de autismo”.
Como los síntomas del autismo suelen manifestarse después de los dos años de vida, los científicos querían comprobar si el cerebro “esconde” algunas pistas que puedan indicar el riesgo de desarrollar el trastorno. Para ello, seleccionaron a 92 niños que tenían hermanos mayores con autismo (factor de alto riesgo) y, mientras dormían, se les realizó pruebas de imagen de resonancia magnética específica a los seis meses y a los 24. Al final del estudio luego de dos años, el 30% reunía los criterios para diagnosticar un desorden del espectro autista. La diferencia entre los que desarrollaban el trastorno y los que no, estaba en la extensión de las fibras de materia blanca.
“Esto sugiere que el autismo afecta a todo el cerebro, no de forma aislada a ninguna región en particular. El hallazgo es un primer paso hacia la posibilidad de desarrollar un biomarcador que mejore el diagnóstico del autismo, lo que aumentaría las posibilidades de interrumpir el proceso con intervenciones dirigidas”, sostuvo Jason Wolff, principal responsable de la investigación.
En esa línea, Mara Parellada, psiquiatra infantojuvenil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, dijo que “cuanto antes se detecta el riesgo de autismo, antes se puede intervenir y moldear el desarrollo del cerebro. Éste es muy dependiente de la experiencia vital y, estimulándolo adecuadamente, se puede cambiar la evolución. Cada vez hay más evidencia de que identificando antes a los niños con trastornos del desarrollo e interviniendo intensivamente, hay más infantes que no llegan a cumplir criterios de autismo”.