Arsenales se proyecta: El nuevo cuartel general del Ejército

Dos años tomó restaurar un edificio que data de fines del siglo XIX y armonizarlo con tres nuevas construcciones. Así serán las nuevas oficinas del Ejército, enclavadas en un barrio histórico y abiertas a la comunidad.

Por: | Publicado: Viernes 20 de abril de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Claudia Marín



Es uno de los edificios característicos de Santiago. Sus colores terracota y crema son parte de la memoria histórica de la capital y hoy, tras dos años de intensos trabajos de restauración, espera también proyectarse hacia el futuro. Al menos por los próximos 100 años.

El edificio Arsenales de Guerra del Ejército es el ancla del proyecto desarrollado para conmemorar el bicentenario de Chile y de esa institución, creada según un decreto de diciembre de 1810. La idea de los trabajos partió en 2007, cuando se anunció que el edificio de Zenteno, donde estaban las oficinas del Ejército, volvería a ser ocupado por el Ministerio de Defensa.

Ese fue el punto de partida para la restauración de Arsenales y la construcción de tres edificios nuevos para alojar a la Comandancia en Jefe del Ejército, el Estado Mayor y la Tesorería. Una especie de edificio corporativo de 56 mil metros cuadrados que reunirá a alrededor de 1.200 funcionarios, antes distribuidos en Zenteno y otros lugares.

El proyecto fue diseñado por la oficina de arquitectos Iglesis Prat y desarrollado por el consorcio DLP-Ingevec. Los trabajos comenzaron en enero de 2010 y ahora ya está en la última fase de revisión y se espera sea inaugurado en junio.

“Fue un desafío interesante, es una edificio que es Monumento Nacional, una obra emblemática, donde iba a estar una parte importante del Ejército”, cuenta Pelayo Larraín, socio de DLP-Ingevec. “Además, está en un barrio bonito, antiguo, que tiene historia, que tiene tradición”.

Una linda bodega


El edificio de Arsenales fue construido para conmemorar el primer centenario de Chile y su objetivo fue almacenar armas, vehículos y otros materiales del Ejército.

“Para el primer centenario ocurre un fenómeno que organiza con mucha fuerza el Estado de Chile y que tiene que ver con transformar a Santiago de pueblo en capital”, cuenta Jaime Migone, arquitecto que supervisó la restauración. “Es un minuto que coincide con que el país está en un muy buen pie económico por las salitreras, y donde además el Ejército está muy bien posicionado luego de la Guerra del Pacífico, entonces es una especie de situación ideal para plantear infraestructura necesaria para el Ejército y para el país”.

Por eso, aunque se trataba de galpones y bodegas, Arsenales buscó reafirmar la imagen del Ejército y convertirse en un edificio emblemático, tal como ocurre hoy.

Los trabajos de restauración incluyeron la reparación y reposición de ventanas, postigos, puertas, barandas, bisagras, entre otros elementos dañados por el paso del tiempo y por los terremotos de 1985 y 2010. Este último obligó a implementar gruesos pilares de hormigón armado para dar estabilidad a las añosas paredes de ladrillo que en sus orígenes dieron su color característico al edificio.


Hasta el Tricentenario


Mientras en el antiguo Arsenales se modificó por dentro para dar lugar a un auditorio para 300 personas, comedores, oficinas, gimnasio y sala de prensa, entre otras instalaciones, los otros tres edificios se diseñaron con avanzadas medidas tecnológicas y de eficiencia energética.

“La mayoría de los materiales son nobles”, cuenta el coronel Mauricio Heine, jefe del proyecto. “Toda la cubierta de los edificios es de piedra pulida, hay cristales, adoquines, porque el primer requerimiento que se le hace a este proyecto es que debe durar 100 años como mínimo”.

La obra considera una explanada abierta a la circulación de transeúntes entre las calles Ejército y Tupper, donde se realizará la inauguración en junio. Según Heine, “el concepto del edificio es abierto y transparente. Es la institución, que siempre ha sido parte de la comunidad y es patrimonio nuestro, de la nación”.

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