Fundación Itaú realiza homenajea a Matilde Pérez
La exposición "El Ojo que Juega", de la precursora del arte cinético en América Latina, estará abierta hasta el 4 de marzo.
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El ojo que juega es el nombre de la exposición que recorrerá la historia de la destacada y visionaria artista nacional, Matilde Pérez, quien sigue cautivando a los jóvenes, gracias a sus adelantadas y vigentes propuestas sobre el arte.
Esta exposición se inaugurará el próximo 21 de diciembre en Espacio ArteAbierto de Fundación Itaú y estará abierta hasta el 4 de marzo de 2011.
Como explica Carolina Bueno, gerente general de Fundación Itaú, se expondrán cerca de 30 obras importantes de Matilde Pérez, y también piezas de otros artistas cinéticos, entregando características que ayudan a la comprensión del movimiento.
Además de grabados, la exposición presentará una serie de obras motorizadas y con base en el trabajo electrónico de la artista (algunas salen por primera vez de su taller), siempre orientada a dotar a sus creaciones de movimiento.
También habrá importantes bocetos y trabajos experimentales poco conocidos que muestran la génesis del trabajo creativo de Matilde Pérez. Hay obras originales como collages, obras basadas en el troquelado sobre papel, técnica de gofrado y algunos grabados.
Según el curador de la muestra Manuel Basoalto, Matilde Pérez con sus más de 60 años de brillante y continuo trabajo creativo, ha puesto a Chile en la vanguardia artística del siglo XX y en lo más alto de la plástica contemporánea internacional.
El desarrollo de su obra pasó de la figuración a la abstracción geométrica y actualmente es una connotada representante del movimiento cinético, en que por momentos se hacen presentes acentos particulares y distintivos de fuente inspiración latinoamericana. Podemos descubrir en algunas de sus obras la presencia de grafísmos de fuerte arraigo ancestral, vinculado a las culturas precolombinas, señaló el especialista.
Una artista de vanguardia
Matilde Pérez nació el 7 de diciembre en 1920. Sus estudios de arte comenzaron en el 38, cuando ingresó a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde conoció a su primer tutor, Pedro Reska. En 1960 viajó becada a Francia, donde posteriormente se encontró con Víctor Vasarely, quien le abrió las puertas al mundo cinético. Y a lo largo de los años logró coronarse en lo más alto de la plástica contemporánea internacional, una figura fundamental de la vanguardia artística.
Su inspiración creativa ha sido reconocida a través de numerosos premios en Chile y en países como Francia, Italia, Estados Unidos, España, Suiza y Cuba. Localmente, entre otros, ha sido merecedora de los premios Pablo Neruda, Academia Chilena de Bellas Artes, Artes Visuales del Ministerio de Cultura y Altazor.