Subiendo el handicap de Chile
El polo vive un buen momento. Más de mil cultores, muchos de ellos empresarios, lo practican y el país se ubica entre los tres mejores del mundo. ¿Cuál es su atractivo? Aquí está la respuesta.
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Por Claudia Marín
Quienes lo practican dicen que es un deporte exigente, riesgoso, demandante de tiempo y de recursos. Pero, al mismo tiempo, familiar. Y es que los más de mil jugadores activos que componen los cerca de 30 clubes de polo que existen en Chile llegan a cada partido acompañados por esposas e hijos, incitados por la vida al aire libre y la posibilidad de compartir con los deportistas, que dedican casi todos los fines de semana de primavera y otoño a su pasión.
Empresarios como Felipe Lamarca (handicap 0) o Oussama Aboughazale (handicap 0), quien tiene su propio equipo jugando en Inglaterra, son algunos de los cultores del polo en Chile. A ellos se suman Guillermo Luksic (handicap 1), Miguel Vial Rodríguez (handicap 1), Federico Tagle (handicap 2) y el alcalde Manuel José Ossandón (handicap 2), entre otros nombres del mundo de los negocios.
“Tenemos una variedad de jugadores súper amplia, desde empresarios ultra conocidos que han partido más tarde pero ya han involucrado a sus hijos, hasta gente de las familias más tradicionales que jugaban polo hace 80 años”, cuenta Lionel Soffia, handicap 2 y presidente de la Federación Chilena de Polo.
Muchos de ellos están ligados al sector agrícola, otros tantos son abogados, ingenieros o arquitectos, en una disciplina que tradicionalmente se ha relacionado con la elite económica pero a la que sus directivos esperan atraer cada vez a más interesados.
De hecho, parte del auge que vive el polo hoy en Chile está relacionado con el positivo momento económico que atraviesa el país. Aunque los costos son variables, como referencia un equipo competitivo requiere caballos que pueden costar más de $5 millones. Y cada uno de los cuatro jugadores necesita tener al menos seis, lo que incluye mantenerlos, alimentarlos y entrenarlos.
“Nadie se arma para el polo en un año, uno se va armando en un tiempo largo y va siempre mejorando un poco los caballos, cambiando de petisero, mejorando el alimento que les das, mejorando el veterinario”, aclara Raimundo Carvallo, handicap 1 y vicepresidente de la Comisión de Polo del Club San Cristóbal.
“El polo se puede jugar también de una forma más económica, pero como es una especie de vicio que te va pescando, vas dedicándole más tiempo, mejorando la infraestructura con la cual lo practicas y eso mismo te esclaviza un poco al deporte”, explica.
Nivel mundial
El buen momento que vive Chile se refleja, según el presidente de la fereración, en la cantidad de jugadores y, en menor grado todavía, en términos de la calidad que los chilenos han alcanzado. Los mejores exponentes del mundo están en Argentina, “pero no dejamos de tener un muy buen nivel de jugadores también”, precisa Soffia.
“En el concierto internacional Chile está rankeado en tercer lugar de mundo y fue campeón mundial hace cuatro años”, recalca. Y, aunque la selección nacional no pudo repetir su buen resultado de 2008 en el encuentro del año pasado, dice que el equipo tuvo una actuación destacada.
La buena imagen de Chile a nivel internacional, donde compite codo a codo con Brasil, Inglaterra y Estados Unidos, todos lejos del liderazgo que ha impuesto Argentina, ha permitido a varios jugadores desarrollarse en competencias extranjeras. Los más destacados son Jaime García-Huidobro (handicap 8), José Donoso (handicap 7) y los hermanos Matías y Alejandro Vial (ambos con handicap 6).
A nivel local, las competencias más importantes se desarrollan en diciembre, cuando incluso participan jugadores extranjeros que refuerzan a los equipos nacionales. El Abierto de Chile y el Handicap de Chile son los principales torneos y concitan la atención de todos los poleros, pero también de empresas que quieren ser parte de este mundo.
Glamour
“De todos los deportes, el que más se asocia a marcas de elite, más que el golf, es el polo, y nosotros somos cuidadosos de mantener ese perfil”, explica Soffia. Y es que los auspicios son clave en el buen momento del polo, ya que tanto la federación como los equipos importantes y los torneos son financiados, en parte, a través de ellos.
“No cualquier marca auspicia el polo”, dice, y cuenta que entre las interesadas hay empresas de telecomunicaciones, vinos, bancos, ropa de calidad, relojes, automóviles.
“Nosotros como federación tenemos una cantidad de auspiciadores que nos permite reinvertir en los jóvenes que están empezando, en proyectos de infraestructura, y también tenemos un apoyo cada vez mayor del Estado, que no hay que dejar de reconocer”, señala el presidente de la entidad, una realidad que le permite al polo chileno proyectar buenos resultados a futuro. Por ejemplo, a través de fomentar el polo en regiones, abrir más escuelas, atraer a más personas y apoyar a los jugadores más destacados para elevar su handicap a 8, ya que, según Soffia, eso permitiría a Chile asegurar el segundo lugar del mundo.
Mientras, los fanáticos y sus familias siguen aprovechando el buen clima para disfrutar de un deporte que los apasiona y los relaciona con la vida campestre y al aire libre.
“Detrás del polo hay un gran emprendimiento y eso mismo hace que uno se comprometa más con el polo y que sea una especie de aliciente para practicar el deporte”, dice Carvallo.