El Departamento de Comercio de Estados Unidos publicó la semana pasada la segunda y última revisión de las cifras del PIB del tercer trimestre. Aunque el dato fue revisado a la baja desde el 2,1% estimado preliminarmente a 2,0%, se mantuvo por sobre lo que habían estimado los analistas.
Las cifras, además, parecen confirmar que la recuperación de la economía sigue avanzando a un paso moderado pero firme, y fueron recibidas con alivio por parte de los mercados, como una señal que respalda la decisión de la Reserva Federal que en su última reunión de política monetaria subió las tasas de interés por primera vez en casi una década.
Los números del Departamento de Comercio sugieren que las dinámicas internas de la economía estadounidense siguen mejorando, con una creciente fortaleza en el gasto de los consumidores, pero más importante aún, apuntan a una mayor resiliencia de la potencia norteamericana ante la volatilidad del entorno externo.
Los temores de los inversionistas ante lo que podría haber sido un traumático fin de la política monetaria más expansiva de la historia están desapareciendo a medida que se convencen de la promesa de la Fed de que el ajuste será gradual.