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Editorial

Reducir brechas laborales, una tarea cuesta arriba

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 10 de marzo de 2025 a las 04:00 hrs.

A propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer el pasado sábado, múltiples han sido las manifestaciones y llamados a promover acciones que fomenten el desarrollo pleno de las mujeres. Un mensaje que año a año se repite, y si bien hay que reconocer que ha habido avances sostenidos, han sido lentos, al menos en el plano de lo laboral.

Llama la atención que proyectos como la sala cuna universal no logren posicionarse como un tema prioritario entre los distintos actores de la sociedad.

Las cifras son irrefutables. Las brechas no solo se mantienen sino que también revelan un estancamiento y hasta retrocesos en algunos ámbitos. De acuerdo a los últimos datos del INE, la tasa de desocupación femenina llegó al 9,1%, bastante superior al 7,2% de los hombres. Las tasas de participación y ocupación, en tanto, se situaron en 52,7% y 47,9% (respectivamente), incluso más bajas que las registradas en el período prepandemia (diciembre 2019-febrero 2020).

Pero no son los únicos datos críticos. Un estudio del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP) mostró que las mujeres tardan, en promedio, 7,8 meses buscando un empleo, mientras que los hombres, 6,4 meses. En materia salarial, el panorama va en la misma línea, la última Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI), arrojó que las mujeres tienen en promedio un salario un 25,5% menor que los hombres.

Un dato más. La última versión del Índice de Trayectoria Laboral elaborado por el ESE de la Universidad de Los Andes en 2024 arrojó que, a nivel general, se ha estancado el aumento de mujeres en la presidencia y gerencia general de las empresas. Por su parte, la subrepresentación de las mujeres en la alta dirección no ha hecho más que aumentar año a año. Y, en términos cuantitativos -al igual que años anteriores- el promedio general del índice sigue siendo bajo: 44 puntos y no ha vuelto a su máximo histórico de 46 en 2022.

Lo anterior solo nos indica que hay que avanzar en forma más decidida en la implementación de políticas que faciliten la incorporación de las mujeres al mundo laboral. En este Gobierno se han visto señales en ese sentido, como la iniciativa que favorece una mayor conciliación laboral, pero llama la atención que proyectos como la sala cuna universal no logren posicionarse como un tema prioritario entre los distintos actores de la sociedad.

No contar con una política de este tipo, como ha dicho la economista Andrea Repetto en varias oportunidades, encarece la contratación de mujeres, discrimina entre niños y niñas, desincentiva la natalidad, y carga mayoritariamente sobre las mujeres la responsabilidad del cuidado asociado a los menores (al que podemos sumar también el de los adultos mayores).

Hay un proyecto de ley en el Congreso sobre esta materia y que cuenta con el respaldo de distintas bancadas, solo falta algo más de voluntad y sentido de urgencia. El diagnóstico es bastante compartido: no incluir mujeres repercute en nuestro crecimiento como país y es imperativo hacer algo al respecto.

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