La semana pasada, el Banco Central decidió -por decimoséptimo mes consecutivo- mantener la tasa de interés rectora en 5%. El principal argumento para la decisión se basó en la continuación de la desaceleración de la actividad y de la demanda interna. En consumo privado, no obstante, sigue mostrándose dinámico.
Dicho contexto de menor dinamismo, especialmente en materia de inversión, también fue reconocido esta semana por el consenso de los bancos de inversión, los que bajaron su proyección de crecimiento para el PIB chileno de 2013 desde 5% que consignaban en mayo pasado al 4,8%.
Dadas la señales que se aprecian, todo apunta a que el próximo Informe de Política Monetaria que entregue el Banco Central, fijado para el 1 de julio, debiera venir con un recorte en las estimaciones para este año, que en el informe anterior estaban en un rango de entre 4,5%-5,5%.
Lo mismo debería ocurrir en materia de inflación, dado que la proyección de 2,8% que se proyectó para diciembre de este año dista de lo que se espera que ocurra. De hecho, la banca de inversión prevé que el año cerrará con un 2,4%, lo que implica una reducción respecto a su estimación previa.