En un nivel definido como “neutral”, es decir ni optimista ni pesimista, inició 2017 el Índice de Confianza Empresarial (ICE) que elabora el Centro de Estudios Económicos y Negocios (CEEN) de la Universidad del Desarrollo en conjunto con Diario Financiero.
Se trata de un resultado coherente con lo observado durante el año anterior, que precisamente bajo la lógica del vaso medio lleno representa una estabilidad del ánimo en el sector privado, pero que visto desde una óptica más crítica da cuenta de la incapacidad de las autoridades para lograr un punto de inflexión sobre lo que espera al país en los próximos meses.
De hecho, el detalle del ICE acusa un deterioro en enero en el componente vinculado con la percepción sobre la economía.
Lo anterior guarda concordancia con el sentimiento recogido por el Banco Central a través de su Informe de Percepción de Negocios, el que revela una expectativa de recuperación de la economía recién en 2018 -lo que implica que este ejercicio será muy similar a 2016-, con una dosis de interés porque se aclare pronto lo que ocurrirá con la carrera presidencial durante el período que nos separa de la definición prevista para fines de año.