El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de divulgar su más reciente Panorama Económico Mundial, en el que la proyección de crecimiento para Chile este año sufrió un fuerte recorte a 3,6%, es decir casi un punto porcentual menos que lo que se anticipaba en el anterior reporte, en octubre. Se trató también de la tercera rebaja consecutiva en el pronóstico del PIB de Chile que realiza el organismo multilateral.
Pese a su magnitud, el descenso en el cálculo ciertamente no provoca sorpresa. De hecho, se pone en línea con las persistentes reducciones en las estimaciones que han venido efectuando los economistas y el propio Banco Central, que en su último Informe de Política Monetaria (IPoM) anticipó que el Producto Interno Bruto (PIB) se expandiría en el rango de entre 3% y 4% en 2014, con una actividad que iría de menos a más en el transcurso del año.
En la misma línea, el panorama que el FMI anticipa para el próximo año es, cuando menos, sobrio, con una economía que crecería 4,1%, de nuevo casi en línea con lo que anticipa el mercado.
Así, el panorama que se configura para la primera mitad del actual gobierno dista de las tasas alcanzadas por su predecesor y vuelven a poner de manifiesto la necesidad de activar medidas que permitan reinyectarle dinamismo a la economía, y que complementen el impulso monetario que lleva adelante el Banco Central. Lo anterior, máxime considerando que si bien ya se ha despejado la incertidumbre sobre los contenidos de la reforma tributaria que ya está en manos del Congreso, se anticipa que su impacto cruzará distintos sectores productivos, con efectos en la inversión y la actividad.