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Alto contrasteNuevos y positivos antecedentes sobre lo que está ocurriendo con el mercado laboral chileno se conocieron al inicio de esta semana. Primero, el informe de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) mostró un incremento anual de la ocupación nacional de 1,8% en mayo, mientras que ayer la encuesta del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile arrojó que el desempleo en el Gran Santiago descendió a 6,2% durante junio.
Si bien no se trata de resultados absolutamente comparables, al cerrar el primer semestre todavía no se verifican del todo signos de una desaceleración en lo que respecta a la cantidad de puestos de trabajo generados. Una situación que , por ahora, felizmente dista del menor ritmo de la actividad agregada que se comienza a confirmar en el país al punto tal que las expectativas para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se han ajustado a la baja. De pensar que el país se podría llegar a expandir este año 5% o más, hoy el consenso parece apuntar a un nivel de 4,5%.
El desafío en materia laboral obviamente es el futuro, en especial cuando el ciclo económico local está tendiendo a perder fuerza y la recuperación del mundo externo aún se ve frágil. Es un hecho, a modo de ejemplo, que el comercio está siendo un sector clave en la absorción de empleo y, por ende, aquí hay un riesgo real si la demanda interna -como se anticipa- tiende a frenarse en el segundo semestre.
Tras cuatro años de gobierno, es evidente que la creación de empleo será un gran logro. El reto mayor, sobre todo porque vienen nuevas autoridades, será mantener esta senda y el aspecto de la calidad de los nuevos puestos de trabajo.
