La crisis energética de Argentina resulta aún más dolorosa, considerando que se trata de un país rico en recursos, y que hasta la década de los ‘80 era un exportador neto de energía.
El panorama ha cambiado hoy drásticamente. La producción de petróleo ha caído 33% desde 1998 y la de gas natural ha retrocedido 16% desde 2004, según un reciente informe de la Auditoría General de la Nación (AGN), pero también las reservas comprobadas van en picada, con un retroceso cercano al 50% desde 2001.
El reporte reitera algunas de las críticas que habitualmente el gobierno lanza contra las empresas privadas, señalando que han privilegiado la explotación por sobre la inversión en exploración.
Pero la entidad oficial también apunta sus dardos contra el propio gobierno, al cuestionar una política de subsidios que ha incentivado un consumo “irracional de los recursos energéticos”.
Los subsidios del Estado para la energía, que ascendían a 2% del gasto público real en 2004, se más que quintuplicaron a 11% para 2012. Así, mientras el consumo de gasolina creció 7,2% entre 2002 y 2011, la producción de crudo registró un retroceso de 3% anual.