En su Informe de Percepciones de Negocios, que considera entrevistas a las administraciones de unas 200 empresas en el país, el Banco Central ha revelado que se ha mantenido una situación estable en el tercer trimestre y que según las compañías solo se podría observar algo de mayor dinamismo de los negocios y de la economía en general, hacia fines del próximo año y con mayor claridad para el 2018, “pues creen que para esa época ya se habrá resuelto parte de la incertidumbre actual y habrán mejorado las confianzas”.
De este modo, es evidente que no se esperan cambios significativos en lo que queda del mandato del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, más allá de la retórica sobre la necesidad de recobrar las confianzas para inyectar dinamismo a una actividad económica que no consigue repuntar tras un prolongado letargo.
De hecho, el documento también consigna que la inversión continúa estancada en gran parte de las empresas visitadas por los economistas del Banco Central y no se observan muchos incentivos que la impulsen, mientras que la baja demanda hace que la capacidad instalada sea adecuada o exista capacidad ociosa, a lo que se suman incertidumbres sobre contratos y ausencia de proyectos relevantes en algunos sectores, particularmente en la minería, lo que limita la capacidad de invertir.
Pese al transversal consenso en la necesidad de introducir incentivos para reanimar la inversión, es un hecho que las palabras de las autoridades económicas no han sido suficientes y cuando en el sector privado no se vislumbra una mejoría en el corto plazo, se mantiene la urgencia de desplegar un programa potente de reactivación.