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Alto contrasteLa Fiscalía Nacional Económica (FNE) con el aval de las propias firmas involucradas que se acogieron al mecanismo de la autodenuncia y delación compensada, ha acusado de colusión a las empresas papeleras CMPC Tissue y SCA Chile (ex Pisa), práctica anticompetitiva que mantuvieron durante el extenso período que va entre 2001 y 2011.
La noticia remeció los cimientos del mundo de los negocios a nivel nacional y sus secuelas prometen ser extensas, profundas y perdurables, volviendo a instalar al mundo de la empresa y de los negocios en el terreno de la sospecha. Como en otros episodios de reciente data, las malas prácticas de algunos terminan dañando las confianzas en el país y asociando injustamente al conjunto de las empresas y de los agentes del sector privado con conductas antiéticas e ilegales.
Los alcances de este reprochable episodio son de la mayor gravedad, al golpear la aproximación que tiene la sociedad hacia la empresa, la iniciativa privada y el libre mercado, y exhorta a gremios, reguladores y a todos quienes creen en el insustituible aporte de la libre empresa al progreso del país y los chilenos a pronunciarse en forma enérgica.
De igual forma, y una vez que ceda el revuelo inicial, junto con valorar el buen funcionamiento de las instituciones que han permitido perseguir y castigar estas malas prácticas, será necesario abrir un debate en torno a qué más se debe hacer en términos institucionales y normativos para tratar de erradicar estas situaciones, cuestión que se subentiende de las palabras del presidente de la Asociación de Bancos quien dijo que si ciertas empresas no entienden "por las buenas, entonces tendrá que ser por las malas".
