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Alto contrasteEl bloqueo de rutas que realizaron camioneros en al menos nueve estados de Brasil surge como una nueva complicación para la administración de la presidenta Dilma Rousseff, cuyos niveles de popularidad se han visto resentidos debido al descontento ciudadano que se ha expresado en protestas en diversas ciudades.
Todo ello en medio de un contexto económico que no contribuye a aplacar los ánimos de una población que ha sentido los efectos del alza que registra la inflación y que ha tenido como corolario un menor consumo por parte de los brasileños y aumentos en la tasa de interés de referencia por parte del Banco Central en su intento por combatir el aumento de los precios. Este mismo organismo y, ante el bajo dinamismo que exhibe la economía, se vio obligado la semana pasada a rebajar la estimación de crecimiento del PIB para este año a 2,7% desde el 3,1% previo. Para la entidad, la economía brasileña comenzará a moverse a una mayor velocidad que la actual durante 2014.
No obstante, los analistas privados -que por séptima semana consecutiva rebajaron su pronóstico- son menos optimistas que la autoridad, dado que ahora proyectan que el país crecerá sólo 2,4% durante este ejercicio.
