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Alto contrasteUna serie de complejidades han estado dificultando la implementación del proceso de medición y registro de emisiones que las empresas generadoras termoeléctricas deben cumplir con miras a acreditar que su operación se encuentra dentro de los parámetros permitidos. El tema ya ha sido objetivo de discusión al interior de las empresas del sector y entre estas y sus representantes con la Superintendencia de Medio Ambiente.
La nueva normativa data de enero de 2011, fecha en la cual se establecieron límites para las emisiones de material particulado y de otros elementos como óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre, entre otros. Si bien la norma está vigente desde junio de ese año, para las unidades en operación los plazos fueron más amplios (de cuatro y cinco años). Dentro de ese proceso, en enero pasado y más tarde en mayo, se publicaron respectivamente el protocolo y anexo de aplicación, a partir de los cuales las compañías debían comenzar a realizar las mediciones.
A juicio de las empresas, los plazos han sido breves y las complejidades técnicas han resultado mayores a las previstas, lo cual se ha visto agravado por la inexperiencia de las empresas. Todo ello ha redundado en una situación en que se prevé que muchas de las centrales en operación no podrán contar con los sistemas validados dentro de plazo, lo que podría dar paso a una seguidilla de sanciones.
El problema no sólo preocupa a las empresas generadoras, sino que también a la propia autoridad, cuestión que debiera abir un diálogo que derive en la búsqueda de una solución expedita y realista, que permita poner en vigor lo antes posible la norma de emisiones.
