La Segunda Encuesta Nacional de Energía, que encargó el gobierno a una empresa externa a fines del año pasado, arrojó que el 90,6% de los consultados dice que la electricidad en el país es cara, un porcentaje mayor al que estima que tienen precios altos otros servicios, como el agua, la telefonía móvil o el gas.
Es un resultado inesperado, sobre todo para la autoridad, que ha puesto mucho énfasis en la gestión que ha realizado la cartera de Energía en pos de tarifas más competitivas y que beneficien a los usuarios.
En cuanto al nivel de conocimiento de iniciativas o campañas informativas sobre energía, el más alto alcanzó un 50% de recordación (etiquetado de artefactos) y sólo 10% había oído de la ley de autogeneración y 13% de equidad tarifaria.
A la luz de estos datos, el ministro del área, Andrés Rebolledo, dice que se debe realizar un esfuerzo muy importante “en comunicar más y mejor”, aunque matiza con que la historia en Chile en materia de energía ha tenido episodios con complicaciones, que pueden explicar los malos resultados.
A diferencia del gobierno, en la encuesta las empresas sacan una nota positiva al preguntárseles por su grado de satisfacción con el servicio, con un 5 como promedio nacional.