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Alto contrasteUno a uno el nuevo presidente de Argentina ha ido afrontando los desafíos que amenazan a la economía. A pocas semanas de asumir devaluó el peso, levantó los controles cambiarios y redujo los impuestos a las exportaciones. Las medidas eran complejas, pero estaban más al alcance de su mano.
Desde entonces se ha abocado a una tarea igualmente urgente pero más difícil. Sacar al país del default. Y ayer quedó a un paso de lograrlo, luego de que la cámara baja aprobara derogar la “ley cerrojo“ que dejó Cristina Fernández y que impide al gobierno negociar con los acreedores.
Macri ha demostrado así no sólo que comprende la urgencia de la crisis sino que es un hábil negociador que sabe moverse en el complicado entorno argentino.
Los hechos corroboran además que el duro círculo que forjó Fernández durante su gobierno a base de presiones y favores no era tan firme, con un creciente número de parlamentarios de oposición abriéndose a dialogar con el gobierno, porque comprenden que el interés del país, y quizás también el de ellos mismos, así lo requiere.
Macri confía ahora en tener la aprobación del proyecto en el Senado antes de dos semanas, a tiempo para cumplir los plazos de las negociaciones.
