Editorial

IPoM y el crucigrama del empleo

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Llama poderosamente la atención –y constituye lo que podría llamarse un puzzle- cómo luego de un año y medio de pobre crecimiento del producto, el desempleo no ha mostrado un aumento más sustancial. Este puzzle llevó a que una de las minutas que acompaña al último IPoM indagara en lo mismo, entregando algunas interesantes luces. Primero, formalizando y confirmando a través de lo que se conoce como "Ley de Okun" –relación estadística entre brecha de producto y desempleo- la arraigada noción de que efectivamente el desempleo que hoy observamos se aleja bastante del patrón histórico para un crecimiento tan pobre. Una de las métricas de hecho sugiere que de comportarse como históricamente lo ha hecho el desempleo debería ser de 8,6% en lugar de 6,0% en diciembre. ¿Cambio estructural en el mercado laboral chileno? ¿Se trata de un shock?


El Central presenta una hipótesis estructural interesante: el cambio demográfico y la mayor escolaridad han redundado en una menor participación de los jóvenes en la fuerza de trabajo, los cuales tanto ayer como hoy presentan elevadas tasas de desempleo, en favor de mayor participación de adultos (mayores de 50), con tasas de desempleo menores. Así, si hoy tuviéramos las participaciones laborales de jóvenes y adultos de 1992, pero con las tasas de desempleo actuales de cada grupo, el desempleo podría ser estructuralmente hasta 1,4 punto mayor.


En cuanto a los shocks, el boom de inversión minera del último lustro –aunque ya en retroceso- creó más de 70 mil puestos. Así si el empleo minero hubiese crecido como lo venía haciendo históricamente hasta 2010, el Central estima que el desempleo podría ser hoy hasta 0,7 punto mayor. Si bien estas son aún solo hipótesis, ayudan a poner en perspectiva las excepcionales cifras de desempleo que hoy observamos.

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