La ventaja que aún muestra en las encuestas el partido opositor de izquierda Syriza para las elecciones griegas del 25 de enero ha levantado preocupación en los mercados financieros debido a la posibilidad de que con el cambio de gobierno en Atenas eventualmente Grecia pueda abandonar la eurozona e incumpla los términos de su acuerdo para el rescate de 240.000 millones de euros de parte de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
De hecho, el ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) Jean-Claude Trichet ha afirmado que se trata de un problema "muy serio", aunque "no completamente dramático", mientras que por otra parte el instituto alemán IFO ha estimado que es necesaria "una salida temporal" de Grecia de la zona euro para que el país pueda recuperar competitividad mediante una devaluación que necesariamente implica abandonar el euro.
La inquietud en la recta final a las elecciones ha provocado que los rendimientos de los bonos de las principales economías europeas –Alemania, Francia, Austria, Bélgica y Finlandia– cayeran esta semana a nuevos mínimos históricos. Incluso, versiones de prensa han indicado que el BCE podría estar preparando a lanzar un masivo estímulo debido a la situación en Grecia.