En las dos semanas que lleva en el cargo, el ministro de Energía, Máximo Pacheco, está desarrollando un intenso trabajo para dar forma a lo que será la esperada agenda energética. Una tarea que no es menor, ya que forma parte de las 50 medidas comprometidas para los primeros cien días del gobierno de Michelle Bachelet, pero que la administración pretende presentar el próximo 21 de mayo.
Como él mismo ha señalado, no es el minuto de diagnósticos, especialmente cuando durante los últimos cuatro años hubo tiempo suficiente para hacerlos. Cabe señalar que ese fue el rol de la Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico (Cade), la cual hizo un exhaustivo informe respecto de la situación energética del país. Lo mismo se hizo en los encuentros entre los ministerios de Economía y Energía con las empresas del sector.
El desafío de Pacheco es, por cierto, titánico. No sólo por lo que implica confeccionar una agenda energética, sino también por el peso que ello conlleva, cuando todo el mundo tiene claro que solucionar el tema energético es clave para el desarrollo y competitividad del país.
Por lo tanto, resulta interesante y plausible la forma como se ha tomado el ministro este desafío, dado que se ha propuesto armar una agenda concreta y específica con acciones que se resuelvan en el corto, mediano y largo plazo y en la cual lo técnico será un elemento más dentro del juicio. A esto se agrega el interés de que la agenda contemple medidas que trasciendan al gobierno actual, algo que se echaba de menos.
Ahora, resta esperar que estos compromisos aparezcan en los anuncios del 21 de mayo.